
Uso amigable de la tecnología
Para hacer amigables a las nuevas tecnologías hemos de cuidar algunos detalles. El primero será subordinar su uso a la primacía de las relaciones humanas, dando prioridad a nuestra familia. El segundo será seleccionar solamente aquellas que respeten la dignidad de todas las personas y fomenten la colaboración.
Dos sugerencias pueden ayudar. Cuando nos parezca muy interesante algún contenido, comentarlo en el momento más oportuno, con los miembros de la familia. Explicarles por qué nos gustó y cómo lo aprovecharemos. Luego invitarlos a expresar sus opiniones para conocer sus puntos de vista e incluso hacerles ver cómo también ellos se pueden beneficiar.
Si con algunos notamos resistencia para intervenir. Se les podría pedir que ellos sean los que comenten algún programa de su interés. Y así, al conocer mejor sus gustos pueden ser más participativos y el diálogo se enriquece.
En algunos casos surgirán preguntas para las cuales no tengamos respuesta y eso también da oportunidad de que los demás opinen y pueda salir alguna solución.
Es importante respetar las opiniones para fomentar la participación y el respeto. De ese modo los tímidos se atreverán a intervenir y los desenfadados aprenderán a darles la palabra a todos y así descubrir otros modos de enfocar los acontecimientos.
El uso de la tecnología nos afecta a todos y como tema de gran actualidad hemos de enterarnos y formar nuestro criterio. Es vertiginoso el uso de la inteligencia artificial y no podemos desconocer los debates pues son necesarios para tomar postura.
Cuando hayamos consolidado las reuniones familiares o con más personas se podrá plantear la búsqueda de programas cuyos contenidos fomenten la superación de las personas. Un paso más adelante podría consistir en la evaluación de contenidos y el siguiente paso sería hacer ver al público en general lo que siembra y cómo desechar los programas degradantes.
A fin de evitar el peligro de excluir, es necesario poner la tecnología al alcance de todos, utilizándola para unir a las personas, ayudar a los necesitados, mejorar la vida de los enfermos y de quienes poseen capacidades diferentes.
Necesitamos una conciencia crítica para hacer buen uso de las tecnologías actuales y de las que vendrán. Hemos de garantizar el uso responsable para facilitar los beneficios a quienes las utilizan y a la sociedad en general. Y facilitar su acceso a personas desfavorecidas.
Por ejemplo: facilidad de acceso a: recursos educativos en línea; telemedicina y los nuevos instrumentos de diagnósticos; la comunicación para tener contactos alrededor del mundo o para trabajar sorteando las distancias, tecnologías de reciclaje y de energías renovables…