Urge experta a reconocer autonomía jurídica de personas con discapacidad

Julieta García, licenciada en Derecho, afirmó que las personas con discapacidad son titulares de sus derechos y obligaciones legales, por lo que llamó a asumir que son autónomas en ese sentido.

Durante el Seminario virtual “Nuestras diferencias nos hacen iguales”, la experta en leyes instó a los jueces a entender que la “discapacidad no es incapacidad jurídica”, por lo que es necesario que interpreten adecuadamente las decisiones de las personas con discapacidad cuando están implicadas en algún proceso legal.

Aclaró que es válido que los pertenecientes a este grupo sean apoyados por un tutor o representante durante los juicios, siempre y cuando no haya “sustitución de voluntad”, sino “asistencia en atención” a la misma.

Sin embargo, “en casos extremos en los que no se encuentran evidencias objetivas de la voluntad de la persona con discapacidad, el juez debe establecer todas las medidas pertinentes para que la persona logre manifestar su voluntad”, dijo.

Por otro lado, la jurista aseguró que la discapacidad no la imponen las deficiencias humanas, sino los obstáculos impuestos por la sociedad hacia quienes viven con alguna.

“El problema está en las barreras sociales de movilidad, de acceso a bienes y servicios, así como barreras actitudinales como creencias y prejuicios. A quien hay que rehabilitar es a la sociedad”, dijo la abogada.

Explicó que según el término “ajustes razonables”, es necesario adaptar los lugares para que sean accesibles a todos; por ejemplo, “iluminar el espacio laboral ante la disminución de la vista de un trabajador”. Asentó que el Estado debe esforzarse para que esto sea posible y así promover la inclusión.

Al respecto, Fernanda Arostegui, coordinadora del evento –quien nació con espina bífida–, declaró que “la discapacidad es sentir que el entorno limita tu participación plena cuando tienes una deficiencia o alteración permanente, como puede ser motriz, auditiva y visual, de comunicación, intelectual y social. Las limitaciones pueden ser arquitectónicas, de movilidad, falta de espacio, falta de asistencia e intérpretes, cierre de accesos, entre otros”.

Por su parte, Víctor Ortiz, organizador del seminario, señaló que la discapacidad no se “padece” ni “sufre”, solo se vive. Además, invitó a rechazar el término “capacidades diferentes”, ya que todos los humanos las tienen. Cabe mencionar que el joven también tiene espina bífida.

Acerca de la sobreprotección familia

Fátima González, licenciada en Psicología, otra de las ponentes en el ciclo de conferencias, indicó que las personas con discapacidad “tienen mayor dificultad en sociedades donde se les estigmatiza como enfermos o deficientes, tanto que ellos pueden sentirse como una carga para la familia” y su comunidad.

“En estos casos, la persona que se siente devaluada, rechazada o sobreprotegida se coloca en una situación de auto-concepto limitado y baja autoestima, con manifestaciones de miedo, autocompasión y desconfianza en sí mismo”, continuó.

Advirtió que los cuidadores de estos individuos deben apoyarlos, mas no asistirlos, al tiempo que han evitar exigirles demasiado sin respetar sus procesos y etapas.

Finalmente, destacó la importancia de que se reconozca a las personas con discapacidad como seres completos, así como evitar hablar con ellos únicamente sobre sus limitantes.

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