Cuando se pierde el espíritu de servicio en una sociedad democrática, es porque se ha sobrevalorado la libertad individual, perdiéndose la libertad personal., con un menosprecio de la responsabilidad. No basta ser libres, es preciso usar responsablemente nuestra libertad.

Cuando un ciudadano exige algo a la vida, sin preguntarse qué está él ofreciendo personalmente a los demás, es porque se desentiende de su responsabilidad de servicio hacia la sociedad. Servicio que va más allá de la mera “autorrealización” o de la pura satisfacción del instinto, pues debe cifrarse en un ideal por el que vale la pena vivir.

Cuando una nación pierde el espíritu de servicio, deja de ser democrática y cede el paso a una autoridad pública que permite los peores excesos: la corrupción y la dictadura.

El origen profundo de la crisis del país, finca sus raíces en la falta de moralidad pública y privada. Porque: ¿Quién gobernará bien una empresa, una Secretaría, una nación, la propia familia, si antes no se gobierna a sí mismo? ¿Cómo dar testimonio con obras si se carece de unidad de vida? ¿Si se dice una cosa y luego se hace otra?

Se actúa así porque se olvida que la verdad es condición sin la cual no puede existir la justicia.

Gobernar con justicia exige agotar la verdad. Quienes gobiernan necesitan informar con la verdad a los ciudadanos, y estos responder con una actuación sincera ante los que mandan: sin murmuraciones, sin calumnias, dialogando sinceramente para superar los malos entendidos.. Puede más una verdad que una montaña de mentiras.

Unidos a la veracidad se encuentran las virtudes de la sinceridad y de la fidelidad, así como la obligación de guardar el secreto. El vicio opuesto es la mentira.

En bastantes crisis mundiales, incluida la crisis mexicana, además de ser un problema financiero, político y social, son, quizá   crisis de “hombres sin unidad de vida”, de seres que no viven la veracidad y que deberían vivirla, pues esto es lo primero.

Si se ignora la veracidad de la vida social, posiblemente esta se vuelva imposible y muy difícil de confiar en ella.