Anunciación.- El niño que le quitó la sed a medio

millón de africanos, pintó  sonrisas y llevó a la reflexión a más de 50 personas entre ellos niños, niñas, padres  y personal del Hospital Infantil Federico Gómez en la Ciudad de México.
Bryan David, un pequeño de aproximadamente ocho años de edad, paciente del hospital, fue el encargado de darle la bienvenida al Ryan Hreljac; “como paciente de este hospital me siento muy agradecido, porque me han dado una segunda oportunidad de vida al transplantarme un riñón y así conocer Ryan y a su hermano Jordan, quienes nos acompañan para  hablar sobre su historia de cómo es que llevaron agua a África sin importar los obstáculos que tengas que pasar”.
Durante el evento Ryan contó su historia en donde señaló que todo empezó con un sueño a los seis años de edad y que ha trabajado arduamente en el; acción que le ayuda a no perder de vista su misión, ayudar a niños africanos a tener agua potable. Se le conoce como el niño que le quito  la sed a cerca 900 mil personas  en África, América del Sur e India.

Ryan un niño residente de un pueblo pequeño de Canadá,  al escuchar  que  muchas personas en África caminaban durante horas para conseguir agua sucia o morían por no tener agua potabley el lo único que tenía que hacer era caminar  10 pasos del  salón de clase para llegar a la fuente de agua potable y obtenerla y que para muchos  no era el caso decidió que tenía que hacer algo al respecto.

A los 7 años de edad Ryan logró recaudar la cantidad necesaria para construir el primer pozo en la escuela primaria de Angolo en el distrito APAC de Uganda. Sintiéndose profundamente  agradecido cuando en su primer viaje, le esperaba una valla de niños  africanos de su edad, quienes los recibieron con aplausos por su acción. Esto dio pie a que el decidiera formar en el año 2000  su propia institución a favor de los demás  “Ryan´s Well Fundation”, una fundación  que actualmente tiene 600 proyectos en diversos países del mundo, donde se enfrentan problemas de sanidad  y escasez de agua potable.
A sus 21 años de edad  Rayan piensa que  “los hijos son el reflejo de sus padre, los valores sembrados es lo principal en la persona, el gran ejemplo que nos da  es que sin dejar de vivir tu vida con voluntad, compromiso  e inagotable esfuerzo podemos pensar en alguien más  y acercarlos a vivir una vida más plena”.