TRABAJE SIN TENSIONES
Autor: Gabriel Martínez Navarrete
Cuando nos tensionamos tendemos a echarle la culpa al otro y no nos damos cuenta que parte importante para conservar la serenidad y la paz interior se encuentra en nosotros, y, por lo tanto, dentro de nuestra zona de control: en nuestras actitudes.
A continuación, expongo cinco áreas para examinarnos e identificar lo que nos perturba y trabajar sin tensiones:
- Identifique el origen de las tensiones, por ejemplo:
- Roces –por menudencias- con personas cercanas, a los que se les da demasiada importancia.
- Falta de interés por la gente.
- Poner mal ejemplo, en cuanto a los plazos de entrega.
- Actitudes contradictorias hacia los subordinados.
- Prometer cosas, sin intención de cumplir.
- Indecisión y evasión ante los problemas.
- Miedo a desorganizarse cuando surgen emergencias.
- Trabajar en un departamento desorganizado, desordenado y carente de entusiasmo.
- Falta de tiempo.
- Aprenda a priorizar
- De importancia a lo importante.
- Lo importante y a la vez urgente debe esperar, precisamente para pensar soluciones con alternativas, y, en su caso, optar por la que más prometa.
- Lo muy urgente y que no es importante, trate de delegarlo.
- Haga lo que debe hacer y esté en lo que hace.
- Prevea, descubra los posibles problemas con anticipación, cree las oportunidades y sea sagaz para poner los medios en el momento preciso.
- Identifique y minimice los “robadores” de tiempo.
- Disciplínese y organícese. Entregar las cosas a tiempo es muy importante.
- Mantenga la visión de conjunto.
- Aumente la responsabilidad consigo mismo y con los demás.
- Disculpe siempre y aprenda a comprender, poniéndose en el lugar de la otra persona, con actitud de ayudarla.
- Las personas son lo más importante, interésese por sus cosas y trate a las personas con la dignidad que se merecen, son hijas de Dios.
- Confíe en las personas. Nada hay tan eficaz como confiar, será correspondido por su gente.
- Estimule la responsabilidad y la creatividad, y escuche a la gente. La mayoría de las ideas saldrán de ellas.
- Sea sincero y sencillo. Esta actitud hará que los demás tengan confianza en usted.
- La amabilidad le hará accesible a todos.
- Afronte los problemas conforme se le van presentando, y priorícelos.
- Las emergencias le llevarán precisamente a ser más ordenado.
- Ordénese y el orden le guardará.
- Reconozca sus posibilidades
- Mantenga la visión de conjunto.
- No se comprometa a hacer nada que le sea imposible realizar o que esté fuera de sus posibilidades. Para ello, es necesario que reconozca sus limitaciones, sus puntos fuertes y sus puntos débiles, capacidad de servicio, etc.
No sólo lo personal, sino también lo del departamento o empresa.
- Busque toda la ayuda que sea necesaria.
- Sus superiores deben saber lo que pueden esperar de usted y usted debe saber hasta dónde puede apoyarse en sus subordinados.
- Si desea producir cambios positivos en los que dependen de usted desarrolle con ellos planes de capacitación y formación. Esto cambia las actitudes, haciendo a la gente más eficaz y positiva.
- Desarrolle un plan personal de acción. Despreocúpese, pero ocúpese de que el plan funcione.
- Este plan de acción debe ser concreto y realista, con metas contabilizables.