Tenemos que atrevernos a ser altruistas

11 febrero, 2021
Somos Hermanos

Es verdad que siempre ha habido seres humanos interesados en ayudar a los demás sin importarles recibir nada a cambio, en el siglo XIX Augusto Comte, un filósofo francés, utilizó el término altruismo para definir a esa actitud de procurar el bien de otros sin perseguir un beneficio propio, fuera de la satisfacción de hacer el bien.

Y decimos actitud, porque muchas de nuestras actividades diarias en la familia las hacemos sin buscar un beneficio propio; pero el altruismo se trata de hacerlo como una forma de vida y llevarlo a la sociedad donde podemos extender el bien de nuestras acciones. El altruismo no brota de los árboles, sino de los corazones de aquellos que se atreven a serlo.

Atrevernos a ser altruistas implica vivir valores como la empatía que nos lleva a sentir las mismas emociones y preocupaciones de otro, esto es, sobre todo, en las situaciones donde hay un dolor o un padecimiento.

Claro que atrevernos a ser altruistas implica ir más allá, y partir de la empatía para obtener soluciones que alivien sus sufrimientos, que ayuden a que su situación mejore y buscar que menos personas estén expuestas a esa situación desfavorable.

Por eso, decimos que se trata de atrevernos a ser altruistas, porque no basta un ratito o dos o tres acciones, es atrevernos a decir a sí a un compromiso con los demás, a dedicar tiempo específico, a hacer acciones concretas, a financiar a largo plazo. Atrevernos a ser altruistas es poner en la agenda las acciones en favor de los otros, es organizarnos para llevarlas a cabo, es no posponerlas porque no andamos de humor, es vivir queriendo hacer cosas por los demás sin importar los obstáculos de este momento.

También debemos decir que atrevernos a ser altruistas es buscar que ese compromiso sea lo más eficaz posible. Por supuesto que es bueno enseñar a otro a pescar para que siempre tenga qué comer, pero es todavía mejor asegurarnos de que haya una institución donde muchos puedan acudir a aprender a pescar y así muchos puedan tener qué comer. Sí, ser altruistas es crear o fortalecer las instituciones que están concebidas para potenciar los esfuerzos de muchos yos, para lograr un nosotros más concertado, más dirigido, más fuerte y más extendido. 

Atrevernos a ser altruistas parece cada vez más complicado: empatía, compromiso, eficacia, instituciones… Pero vale la pena, porque aquí entre nos, va un secreto: es verdad que los altruistas no esperan nada a cambio de todo ese esfuerzo, pero sí reciben y muchísimo: la satisfacción de ver dibujarse una sonrisa en un niño que aprende algo nuevo; la maravilla de ver cómo se suavizan los rasgos de alguien que ve el final de un problema; el ser testigos de cómo alguien supera una limitación por una discapacidad; el compartir las risas de los habitantes de un lugar lejano cuando por fin logran que el pozo vuelva a darles agua limpia… 

En definitiva, atrevernos a ser altruistas es pagar el precio de dejar atrás nuestro egoísmo, nuestras preocupaciones, pero también es darnos la mano con los otros que quieren ayudar para juntos extenderla fuerte y decidida a quienes están en necesidad. Atrevernos a ser altruistas es creer que el futuro será mejor, porque lo estamos construyendo con muchos otros para que así sea. ¡Atrevámonos a ser altruistas!

Fuentes:

https://www.significados.com/altruismo/

https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/altruismo