Hace algunos años hubo una campaña en medios de comunicación con la finalidad de promover el uso responsable del agua, el slogan decía así, “Dios da el agua, pero no la entuba” ¡Sólo eso faltaba, que Dios tuviera que hacer llegar el agua hasta la regadera o la llave del fregadero!
El aprendizaje de la reclusión del año pasado por supuesto nos influirá. Las guerrillas desatadas en los pueblos influirán porque habrá heridos que repudiarán a quienes les han hecho daño.
Me resulta bastante ejemplar lo que diariamente observo por las calles de la Ciudad de México: matrimonios jóvenes que venden alimentos en la parte trasera de sus automóviles.
Es mediante acciones concretas como la promoción de relaciones más equitativas, la generación de conciencia de democracia familiar y el impulso a una cultura de no violencia hacia las mujeres, que buscan lograr la superación y seguridad de ellas.
Esta fundación es administrada por las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción. Les proporcionan condiciones dignas en vivienda, sustento, vestido, atención médica y educación.