El combatir estas problemáticas no ha sido tarea fácil, ni mucho menos de una sola persona, sino que a ello se han sumado colectivos, organizaciones y sinfín de aliados para encaminar al país a un lugar más justo y de igualdad, donde no se discrimine ni excluya y abriendo espacios que den la protección y apoyo a las mujeres que así lo necesiten.
Los seres humanos tenemos en nuestra misma persona una estructura de familia. Nuestro nombre revela cuál es nuestra identidad.
Reconocer: hay algo que inquieta en el alma, en el sueño, en la conciencia. Es algo que sabemos que involucra el ser perdonados o pedir perdón. Es un “foco” que nos avisa que algo no anda bien en nuestra alma, por lo que tenemos que tomar acción.
Es por ello que se creó Alegrando Caritas en México AC con la creencia de que juntando corazones podemos salvar la vida de otro o tan siquiera ayudarlo a tener una mejor calidad de vida.
Lo general es que la mujer y el hombre que se unen para formar su propia familia, sepan que la relación íntima entre ellos producirá el fruto de la generación de un hijo y la procreación, que no se limita a traer a ese nuevo ser al mundo, sino prolongar sus cuidados hasta llevarlo a la adultez. Y entonces, aunque ya no se requieran las atenciones básicas, se le ayudará siempre.