La Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una amenaza que avanza silenciosamente por lo que generalmente se diagnostica en etapas avanzadas cuando ya se requieren de servicios de sustitución renal como diálisis, hemodiálisis o incluso trasplante, ante lo cual es fundamental fomentar su diagnóstico temprano porque los riñones “no duelen” como erróneamente se piensa.
Así lo expuso el doctor Sergio Hernández, médico internista y nefrólogo, quien consideró que se debe priorizar la prevención y el cuidado renal, al destacar que la ERC no solo afecta a quienes la padecen, sino que también genera un impacto profundo en sus familias y la salud pública.
El director médico de Médica Santa Carmen -una institución especializada en enfermedad renal- detalló que, si bien la ERC no presenta síntomas específicos, se debe estar alerta a señales como: fatiga y debilidad generalizada, hinchazón en las extremidades –especialmente en los tobillos y pies–, así como necesidad frecuente y urgente de orinar, particularmente en la noche.
Agregó que otras alertas pueden ser: tener náusea y vómito, pérdida de apetito y pérdida de peso involuntaria, picazón en la piel y/o cambios en la textura o coloración de la misma, además de modificaciones en la cantidad y aspecto de la orina la cual puede ser espumosa o con sangre.
Detalló que se podrían presentar también dificultad para concentrarse y problemas de memoria, dolores de cabeza persistentes, calambres musculares, debilidad muscular e, incluso, alteraciones en el sueño, como insomnio o apnea del sueño.
Aclaró que para detectar oportunamente la ERC se realizan algunos estudios sencillos y de fácil acceso, como son la medición de creatinina y urea mediante un análisis de sangre, además de un examen general de orina, con la inherente valoración médica oportuna donde se realiza un cuestionario al paciente y una exploración física.
“Los estudios y exámenes deben ser realizados y evaluados por un médico especialista en Nefrología por lo que, si se tiene sospecha de la existencia de la enfermedad renal crónica o se presentan síntomas relacionados, es fundamental buscar la atención médica para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado y personalizado”.
Hernández Estrada explicó que los servicios de sustitución renal son complejos y requieren de estrictas medidas sanitarias para evitar infecciones que pueden ser incluso mortales. Apuntó a manera de ejemplo que la hemodiálisis requiere de múltiples procesos y sistemas para que sea segura, pero sobre todo para ofrecer al paciente los beneficios que espera obtener, como son: mejorar su calidad de vida, mantenerse libre de complicaciones y vivir más tiempo.
Y es que, señaló, para evaluar la calidad de una clínica de hemodiálisis, no es suficiente el conocimiento de sus equipos biomédicos y la capacitación de su personal, también “se debe tomar en cuenta la infraestructura, los indicadores y procesos que garantizan que el funcionamiento de todos los equipos es adecuado, así como los procesos establecidos para la atención de los pacientes y los resultados que obtiene la clínica con el paso del tiempo”