La misión de Hogares Providencia se ha cumplido cada día, así como lo soñó el Padre Chinchachoma. “Todo aquel que toque la puerta, debe encontrar una respuesta de amor que forma, educa, responsabiliza compromete, obliga a observar límites y valores”.
El papá se convertía en el “ogro regañón”, en el eterno malhumorado, en la figura dura, incomprensiva y distante a la que ninguno de los hijos se le podría acercar a conversar con él o hacerle una confidencia.
De las madres solas con hijos, sólo el 35% recibe apoyos gubernamentales o apoyo de otros hogares. La precariedad de los hogares con mujeres como líderes apunta a que el 5% tiene piso de tierra, el 1% carece de luz y un 9% no tiene agua entubada, esto según datos del INEGI.
Aunque no tienen una capa, corona o súper poderes, las mamás, están siempre al pendiente y lo dan todo por sus hijos, aun cuando enfermen o tengan algún problema, ellas están al pie del cañón para atender y ver por sus retoños. En México el Día de las Madres tuvo su origen hace más de 90 años.
Hay dos niveles de educación, la que capacita para desempeñar un oficio o una profesión, y la que incide en algo más profundo de cada persona. El primer aspecto se ofrece en las instituciones especializadas, el segundo aspecto corresponde directamente a la familia porque allí nos conocen a fondo y saben qué tendencias tenemos y nos enseñan a corregirlas para ser mejor personas.