Silencian la voz de Raquel Padilla Ramos defensora de los pueblos yaquis

Desde niña fue atraída por las ciencias naturales y la historia; al llegar el momento de elegir una carrera profesional y no hallar una buena opción en su natal Sonora, decidió trasladarse a Mérida para estudiar en la Universidad Autónoma de Yucatán.

Ahí estudió la licenciatura en Ciencias Antropológicas y su tesis giró en torno a la deportación de la que los yaquis fueron objeto durante el siglo XIX, a manos del Estado mexicano.

Gradualmente, su investigación se transformó en activismo a favor de los derechos culturales de una de las comunidades originarias más emblemáticas del norte de México.

De quien hablamos, es de Raquel Padilla Ramos, Doctora en Estudios Mesoamericanos, historiadora y defensora de las causas de los pueblos indígenas yaquis, quien dejó la vida terrenal este jueves 7 de noviembre de 2019 y cuya muerte no es asociada a una enfermedad mortal, sino al feminicidio del que fue víctima.

Parte de su obra publicada se desarrolló en torno a este pueblo con gran presencia en Sonora, como “Yucatán, fin del sueño yaqui. El tráfico de los yaquis y el otro triunvirato” (1995), y “Progreso y libertad. Los yaquis a la víspera de la repatriación” (2006), editados por el Instituto Sonorense de Cultura.

Además, Padilla Ramos destacó por impartir cátedras, conferencias y ponencias en diversas universidades y eventos a nivel nacional e internacional.

Participó en los programas de AnunciaciónTV producido por Fundación para la Promoción del Altruismo IAP, en el que abordó temas como “Las Ocho Tribus Yaquis, “El Río Yaqui” y “Resistencia contra el Acueducto Independencia”, entre otros.

En el 2015 dicha fundación le entregó un reconocimiento por sus aportaciones y publicaciones en los medios libres Irredentos Parias, Yaqui Sonora y Solidaridad Tribu Yaqui.

En esa ocasión, mencionó que su labor con la tribu yaqui es muy importante desde el punto de vista académico, pero también desde la visión humana. Destacó la necesidad extrema del apoyo penitenciario a los indígenas que se encuentran detenidos por defender sus tierras, como le sucedió a Mario Luna y a Fernando Jiménez, quienes estuvieron un año presos por defender el río Yaqui.