Roxana Chávez, de los escenarios a una destacada labor social
Por: Jesús Arizmendi Valdez
Dios es todo para mí, el amor es algo maravilloso, la lealtad, un código de honor; el compromiso, una forma de vida, la perseverancia, una obligación que tiene unos consigo mismo, los sueños una terapia, las envidias, me disgustan.
Quien habla es Roxana Chávez, definida por ella misma, como una buena persona y una buena mamá, aunque aprensiva “porque cuido demasiado a mis pollos (mis hijas) y me cuesta mucho trabajo entender que ellas no me pertenecen, que gozan de una vida propia. Me tienen una gran paciencia porque soy de mucho beso, apapacho y les pido muchos abrazos porque creo que el ser humano los necesita para salir adelante y ser feliz”.
“Siempre he creído que lo importante en la vida no es la cantidad de tiempo, sino la calidad del mismo y es como lo manejo. Mis hijas son Roxane, Giordanna y Kimberly, la más chiquita”.
Roxana Chávez se conmueve ante el dolor de las personas de la tercera edad, a quienes ama entrañablemente y manifiesta su interés por evitarles situaciones difíciles. Dentro de sus posibilidades hace lo que puede para dar una mejor calidad de vida a los sectores vulnerables, sobre todo a las niñas y los niños a quienes llama chaparritos. En cuanto a los adultos mayores una de las actividades que cada año organiza es un baile, el cual lo toma como un regalo por verlos sonreír y admirar sus rostros que hablan de su experiencia y de sus vivencias a lo largo de la vida.
Durante una entrevista para Somos Hermanos, la actriz habló de aquello que la vuelve intolerante como la negligencia, la estupidez, el egoísmo, la falta de escrúpulos, los políticos, las personas que ven solamente para los suyos y no son capaces de ver para los demás. Las personas, dijo, tenemos que entender que vivimos para servir, que no nacimos únicamente para beneficiarnos a nosotros mismos, porque tenemos la obligación moral y social de hacer algo por los demás.
La cuestionamos sobre sus gustos por la lectura, a lo que respondió que le agrada todo lo que tenga que ver con la discapacidad, “me encanta hacer investigaciones médicas sobre lo que manejamos aquí en la Fundación, pero especialmente, temas de superación del ser humano, así como la filosofía porque te hace pensar y reflexionar”.
A pesar de tragos amargos, agradecida con la vida
A nuestra entrevistada le gusta el cine, tanto de espectadora como de actriz y lo cataloga como mágico y hasta terapéutico, aunque refirió que el teatro es la gran escuela del actor porque implica comunicación con el público.
Más adelante, la también presidenta de la Fundación Giordanna Nahoul, IAP, manifestó sentirse agradecida con la vida pese a los tragos amargos que le ha hecho pasar y que han sido muy dolorosos, ya que su segunda hija nació con problemas neurológicos, lo que impulsó a Roxana a instituir una asociación que lleva el nombre de su hija Giordanna, la cual se dedica a proporcionar atención a niños con problemas neurológicos, mediante el otorgamiento de ayudas económicas para solventar los costos de los estudios y terapia de rehabilitación, así como la realización de programas educativos, de capacitación y de atención médica.
Reconoce que cuenta con muchas personas maravillosas como sus padres, sus hijas y hermanos, “tengo una carrera linda, aunque las personas digan que me ubican más en la labor social y que ya no me buscan tanto como actriz; siempre hay una factura pagada, uno no puede pretender hacer lo que te gusta sin dar algo a cambio, siempre hay que pagar algo y soy muy afortunada, no tengo porque quejarme y tampoco le debo nada a la vida, me siento muy a mano con ella y le doy gracias a Dios por muchas cosas.
¿Si fuera posible regresar el tiempo en qué etapa de tu vida te situarías?
No lo sé, he sido una persona que ha disfrutado todas sus épocas, aprendí de mis errores y no puedo decir que una fue mejor que otra, porque todas han sido maravillosas. La que vivo actualmente me parece padrísima, te llega la madurez, y empiezan a salir las arrugas y esto me llena de vida. No regresaría a ninguna época y estoy preparada para cualquier cosa.
El sentido de la vida es poder ayudar
En este ámbito ha crecido como ser humano en todos los aspectos, su forma de ver la vida ha cambiado, le ha enseñado a disfrutar lo que tiene, pero lo que más aprecia es la salud. “La salud es un estado que se nos da de manera gratis y sino la valoras hasta que la pierdes te das cuenta de lo importante que es, y yo ¡vaya que la valoro con estos chaparritos que tienen todo en contra, que sonríen y salen adelante con tanta alegría!, esa es una gran lección de vida.
Nuestra entrevistada continúa la conversación mientras sus ojos se llenan de luz al hablar de su labor altruista de la cual, señaló, tiene grandes recompensas porque a través de ella se han podido rehabilitar a más de mil pequeños.
El altruismo es hacer algo por uno mismo y muchos piensan que ayudar a los demás es sinónimo de flojera, sin embargo, nutres tu alma de cosas buenas, se regocija cada que vez que observa la sonrisa de un pequeño, de un adulto, de una persona con discapacidad.
¿Consideras que en México el altruismo cumple su misión?
Siento que estamos despertando a lo que es esto, una obligación moral y social de hacer algo por los demás y entiendo que la gente lo haga como un favor, a este país le hace falta mucho.
¿A diferencia de otros países cómo está México en este aspecto?
Bueno si nos vamos al país más cercano que es Estados Unidos ahí hay una cultura maravillosa, la gente entiende lo que es ayudar al prójimo, hay un gran respeto de lo que es una persona con discapacidad, por ejemplo, es imposible que veas a un auto estacionado donde está la rampa de las sillas de ruedas o las áreas de acceso.
Quién es Roxana Chávez
Roxana Chávez Olance inició su carrera artística a los 17 años de edad, trabajo, en cine, radio y televisión, aunque dice que le falto fue trabajar en el circo porque de niña su gran ilusión no era ser actriz, sino payasita, pero fue motivo de grandes discusiones con mis papás cuando era jovencita”.
Recordó su interés por ingresar a la Universidad de Florida y el hecho de que si no hubiera llegado su hija Giordanna, se dedicaría a la atención de niños de la calle, puesto que siempre le han motivado para actuar a su favor.
También es presidenta fundadora de la Fundación Giordanna Nahoul, IAP. Sus hijas son quienes la impulsan a seguir adelante. Los familiares de los niños de la Fundación, y sus padres han sido el pilar y el sentido de la labor de Roxana Chávez Olace