Rodrigo Castillo un campeón que ganó la batalla contra el cáncer

19 octubre, 2022

Autor: Ivon Díaz Rojas

Fotos: Fundación Luz de Vida AC.

La Fundación Luz de Vida AC nació del trabajo de cinco familias de pacientes con cáncer, quienes se conocieron en el año de 1996 dentro del Hospital de Oncología Federico Gómez. Así fue como se fundó dicha organización que deseaba darle esperanza de vida a sus hijos.

 

En entrevista con Maru Castillo, una de las fundadoras de Luz de Vida AC, relató las dificultades que vivió al ser diagnosticado su hijo Rodrigo con cáncer avanzado a la edad de 7 años, desde situaciones económicas difíciles, al ser un tratamiento tan caro, pero también dificultades emocionales al ver el dolor del niño con las quimioterapias.

 

Externó la necesidad que sentía de alguien que la animara en los momentos más difíciles de su vida. Dos años después, en 1998 decidió junto con las 4 familias establecerse como ayuda a niños con cáncer.

 

Rodrigo Castillo, en aquel entonces, con tan solo 7 años, se preguntaba del porqué de su enfermedad, Maru, su mamá, platicó que su hijo estaba cansado de las quimioterapias y del dolor que le provocaban, sin embargo, siempre le contestaba que había que enfrentar la situación por más difícil que fuera.

 

A los 9 años Rodrigo terminó su tratamiento contra el cáncer; sin embargo, 6 años después de haber estado ausente de la Fundación Luz de Vida, a la edad de 15 años Rodrigo vuelve a colaborar dentro de Luz de Vida, afirmando que había descubierto el para qué de la enfermedad que enfrentó, pues gracias a este proceso, muchos niños se sumaron a esta fundación donde pueden ahora luchar juntos contra el cáncer.

 

Para Rodrigo el cáncer representó haberse subido al barco, donde muchas vidas han sido salvadas. Ahora con 33 años, trabaja y colabora en la fundación, dedicándole horas al bienestar de los niños que, como él, se levantan cada día para seguir luchando. Actualmente es diseñador industrial y continúa con el legado de Maru Castillo, su mamá.

 

Fundación Luz de Vida considera cada historia dentro de ella como exitosa, pues no solo le brindan apoyo económico a los pacientes y sus familias, sino que acompañan y enseñan a pasar el proceso doloroso que significa tener a un pequeño con cáncer, esto con la finalidad de no ver familias destruidas por una enfermedad.

 

Lupita llegó a Luz de Vida por un diagnóstico de cáncer a los 5 años de edad, ella junto con sus familias trabajaron en conjunto con la fundación, donde gracias a su ayuda terminó el tratamiento a los 6 años, 1 año de lucha donde ni Lupita ni su familia fueron desamparados por la organización.

 

Alicia, mamá de Lupita, fue voluntaria durante y después del proceso de su hija, donde también su esposo y padre de Lupita, trabajaron como familia dentro de la Fundación, y aún continúan con esta labor. Actualmente Lupita está casada y tiene una hija de 1 año y 10 meses.

 

Lupita conoció a su esposo dentro de Luz de Vida, gracias a un proyecto donde colaboraron desde que tenían 12 y 14 años. Hoy, Lupita y su familia siguen como voluntarios y afirmó haber descubierto el para qué de la enfermedad por la que atravesó.

 

Héctor, otra historia de lucha contra el cáncer, él llegó a una edad muy temprana a Luz de Vida para tomar un tratamiento, Linda, mamá de Héctor, se veía obligada a dejar en casa a su hija más pequeña Alicia para poder llevar a Héctor al hospital y que pudiera tomar sus tratamiento, sin embargo, con Luz de Vida encontró la ayuda que necesitaba, pues le brindaron no solo la atención médica, sino que encontró una familia, lamentablemente Héctor falleció de cáncer, pero apoyaron a Linda y a Alicia, quien había sido abandonada por su esposo al diagnosticarle cáncer a Héctor.

 

Linda, mamá de Héctor se quedó en la fundación como voluntaria después del deceso del pequeño Héctor. Hoy en día, Linda dice que Luz de Vida le ayudó a perdonar, Alicia su hija actualmente trabaja, tiene 24 años y lleva una vida plena y feliz.

 

Luz de Vida es una organización que no se basa en el pronóstico para atender a niños con cáncer, es decir, si existe o no posibilidades de éxito o no, pues creen que todos los niños tienen la misma oportunidad de recibir esperanza y acompañamiento sea cual sea el desenlace.

 

Maru Castillo mencionó que cada donativo tiene un nombre y un rostro, son Lupita, Héctor, Rodrigo y muchos más, también dijo que, ante los problemas sociales y vulnerabilidad de los más necesitados, no vale cerrar los ojos, pero tampoco basta con ver los problemas e indignarnos y culpar a los demás, sino más bien, actuar, actuar por los que más lo necesitan.