Resolver los problemas entre todos
El amor, cuando es amor, nos llena de creatividad, de optimismo y sin duda de alegría que se vuelve contagiosa. Pero no confundir el amor con el éxito o el triunfo de mi punto de vista, ganar más dinero o cualquier otra emoción que podamos tener.
Tampoco me propongo analizar el amor o el Amor, sencillamente quiero resaltar que en el mundo nos está faltando amor del bueno, no pasión o deseo, sino la generosidad que nos lleva a poner al otro, al Tú en primer lugar.
El olvido propio es una actitud generadora de alegría y esta alegría generadora de sentimientos y pensamientos positivos.
Me informan que hay 40 millones de pobres y somos 128 millones de mexicanos. Cuántos pobres para cada uno, una simple operación matemática nos dice que nos tocan a 0.487 personas pobres a cada uno de los que tenemos trabajo y que con nuestros impuestos costeamos los servicios públicos.
Me viene la pregunta, ¿por qué no alcanzan los impuestos para que esos 40 millones de personas vivan con dignidad? ¿Sociedades como la alemana nos podrían ayudar? ¿Será que la evasión de impuestos es mucha por falta de confianza en que ese dinero se transformará en mejor calidad de vida para todos? ¿O los impuestos se destinan a rubros menos urgentes? Pero, entonces ¿La falta de medicamentos para los niños enfermos a qué se debe? ¿Cómo reaccionamos ante estos sucesos?
Sabemos que las guerras nunca se ganan porque la violencia engendra violencia y como dice el lema de la escuela de los hijos de mi amiga Griselda, Nutrióloga: No hay caminos para la paz, la paz es el camino. Y yo agrego, el amor, que es generosidad, y el olvido propio son camino para la mejora completa de la sociedad.