Repensar las gratificaciones

22 julio, 2020

Por: Ana Teresa López de Llergo

Las gratificaciones son un modo de reconocimiento. Es algo propio del trato entre las personas. Son modos de reconocer los hechos o dichos de los demás. Una persona desinteresada, convencida de la importancia de lo que realiza, generalmente tiene una gratificación interior que consiste en la alegría de haber cumplido con su deber o de comprobar los beneficios que ha provocado.

Sin embargo, quienes son testigos de esas conductas responsables, muchas veces desean corresponder de una manera no establecida, pero que perciben la conveniencia de destacar aquello que es bastante normal, pero por el modo de llevarlo a cabo o por la perseverancia, vale la pena dar a conocer y animar a imitarlo.

Desgraciadamente, en una sociedad consumista, se ha perdido el modo desinteresado que caracteriza a la gratificación interior. Las gratificaciones se han reducido prácticamente a las gratificaciones externas, son regalos exagerados, fuera de contexto, tanto que en bastantes ocasiones se han convertido en obligaciones. Y, todo esto fomenta personas interesadas, poco generosas.

Los efectos del confinamiento que estamos viviendo por la pandemia del covid19, son una oportunidad de recuperar la esencia de la gratificación interior. En la familia, sobre todo, habrá que revalorar la gratificación de dar las gracias por una ayuda recibida, de una sonrisa de admiración, o simplemente advertir el gozo interior que producen las buenas obras.

Gozar con algún pequeño regalo, o con la compañía de los seres queridos y la satisfacción de darles a conocer nuestras actividades o compartir con ellos nuestras metas. Las personas afinan la sensibilidad al experimentar la alegría que producen esos detalles tan pequeños. Disfrutar la vida austera y sencilla forja caracteres sólidos y fáciles de complacer.

Esta manera de vivir produce mucha paz, inclina a ser virtuoso, aleja de la sensualidad y de los vicios. Las personas así son menos propensas a las psicosis y a las complicaciones. Les dan mucha importancia a los valores morales, y por lo tanto tienen más energía para combatir todo tipo de corrupción. Valoran en mucho la vida cotidiana y son muy felices.