Anunciación.-  A las muchas injusticias que se cometen en el mundo a menudo, hay que añadir la del asesinato de Facundo Cabral, cantautor argentino, en un vil atentado en Guatemala después de una actuación.

A la largo de su  trayectoria siempre defendió a los que menos tienen frente a los que hacen ostentación y a los más débiles frente a los poderosos, haciendo crítica social normalmente con un fondo muy espiritual.
Una de sus primeras canciones es Vuele bajo, que compuso como una canción de cuna.
Según contaba él mismo, se dedicó a la música tras conocer a Simón, un vagabundo que le recitó el Sermón de la Montaña y le demostró la existencia de Dios. Esta experiencia fue lo suficientemente mística cómo para llevarle a tocar una guitarra y componer Vuele bajo.
Descanse en paz.
Vuele Bajo

Dios espera que el hombre vuelva a ser un niño para recibirlo en su seno.

No crezca ni niño,
no crezca jamás.
Los grandes al mundo
le hacen mucho mal.
El hombre ambiciona
cada día más
y pierde el camino
por querer volar.

Vuele bajo, porque abajo
está la verdad.
Esto es algo que los hombres
no aprenden jamás.

Por correr el hombre
no puede pensar
que ni el mismo sabe
para dónde va.
Siga siendo niño
y en paz dormirá,
sin guerras ni máquinas
de calcular.

Vuele bajo, porque abajo
está la verdad.
Esto es algo que los hombres
no aprenden jamás.

(recitado)
Diógenes cada vez que pasaba por el mercado se reía porque decía que le causaba mucha gracia y a la vez lo hacía muy feliz ver cuantas cosas  había en el mercado que él no necesitaba ; es decir que rico no es el que más tiene sino el que menos necesita; es decir, mano ocupada, mano perdida; es decir, el conquistador por cuidar su conquista se transforma en esclavo de lo que conquistó.
San Francisco decía lo que tal vez sea la fórmula de la felicidad: “deseo poco y lo poco que deseo… lo deseo poco”

Dios quiera que el hombre
pudiera volver a ser niño un día
para comprender que está equivocado
si piensa encontrar con una chequera
la felicidad.

Vuele bajo, porque abajo
está la verdad.
Esto es algo que los hombres
no aprenden jamás.

(recitado)
Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos será el reino de los cielos,
que, si se me permite y de esto doy fe, incluye a la tierra,
aunque los hombres… no aprenden jamás.