Cuando escuchamos la palabra “discapacidad”, es común relacionarla con estereotipos e ideas erróneas sobre que las personas con alguna condición están limitadas para desempeñar cualquier actividad. Para derrumbar esta idea, en Sight of Emotion u Ojos que Sienten AC se han centrado en mostrarle al mundo la habilidad que hay en la discapacidad.

 

En esta asociación trabajan con personas con discapacidad visual para desarrollar su potencial, generarles situaciones de empleo y concientizar a la sociedad.

 

La idea de la asociación surge de la mente de Gina Badenoch en 2006, desde ese momento ha hecho una historia digna de admirar donde sus logros muestran la importancia y seriedad de Ojos que Sienten, en su página web existe un apartado donde podrás ver una línea del tiempo con su historia completa.

 

Sobre el tema de concientización social, la asociación realiza “cenas en la oscuridad”, una experiencia de una comida de tres tiempos a oscuras donde las personas dejan atrás paradigmas que nos da la vista (como el juzgar vestimenta) y aprenden a notar el valor que otros sentidos como el oído o el tacto tienen.

 

Aunque uno de sus puntos más fuertes es la “fotografía sensorial”, pues se enseña a estas personas débiles visuales cómo tomar fotografía con apoyo de otros sentidos y sus sensaciones, este proceso creativo es idóneo para desarrollar nuevas habilidades (además que es un arte), aparte de poder ver algunos ejemplos de estas fotos en su web, también se pueden comprar para sustentar a la asociación civil.

 

Igualmente, ofrecen capacitaciones gratuitas a personas con discapacidad para su desarrollo personal y profesional. A su vez, han trabajado con diferentes empresas nacionales e internacionales, además que tienen testimonios que son prueba de sus esfuerzos.

 

La misma asociación reconoce que una ayuda en forma de donación es bien recibida, aunque el hecho de seguirlos y compartir su trabajo en redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram y YouTube) es muy valioso. Asimismo, existen programas de voluntariado y servicio social.

 

Hay que entender que una discapacidad no es sinónimo de inutilidad y que, al final, solamente somos cada uno de nosotros los que decidimos cuando poner límites a nuestras habilidades.