No dejemos que el COVID-19 derrumbe “La casita de San Ángel”
Por: Aremi Carrillo Macías
Fotografía: Casita de San Ángel IAP
La pandemia global por el COVID-19 está afectando a todos los sectores de la sociedad de diferentes maneras. Sabemos con certeza que existen personas más vulnerables que otras y son ellas quienes se ven más afectados. Efectivamente, la situación que se está viviendo en el mundo ha creado vulnerabilidad, pero, ¿qué pasa con las personas adultas con discapacidad intelectual y/o daño neurológico? pues, la casa de muchos de ellos se está derrumbando a causa de esta emergencia sanitaria.
La Casita de San Ángel IAP, es un lugar en donde se capacita laboralmente a personas adultas con discapacidad intelectual y daño neurológico. Ahí elaboran material interactivo y didáctico a base de foami. Sus beneficiarios además de trabajar en el taller, aprenden a respetar un horario, las jerarquías, a elevar su autoestima, a cuidar su cuerpo y a controlar sus emociones.
Sin dejar de lado la inclusión familiar que va desde la realización de un plan de vida para el beneficiario, sesiones grupales, en donde se les recuerda qué es la discapacidad, sus derechos y obligaciones, así como asesorías individuales.
Un proyecto productivo autosustentable, que se encuentra parado
Las puertas de La Casita de San Ángel IAP se cerraron, por tiempo indefinido debido a la contingencia sanitaria por él COVID-19, principalmente para salvaguardar la integridad de todos los que conforman este hogar. Incluso mientras se practica distanciamiento social, las actividades siguen en pie. Se implementó un programa de capacitación a distancia de manera semanal en donde se asignan actividades, a fin de reforzar los conocimientos, todo a través de plataformas digitales.
En entrevista con la fundadora, Angélica Patricia Haro de Alba, relató que cada día que pasa, viven en incertidumbre, de no saber si habrá manera de mantener a flote este barco y a su tripulación, ya que, la institución se mantiene de donativos, alianzas y patrocinios, sin olvidar la producción de material didáctico; que, sin su elaboración y distribución, no hay manera de generar ingresos.
“Los gastos fijos siguen corriendo y no hay manera de solventarlos. Es momento de unirnos y ayudarnos unos a otros, señaló Haro de Alba.
La fundadora de la Casita de San Ángel, exhortó a la población a contribuir con su granito de arena para apoyar a la institución. “Si en tus manos está apoyar, hazlo, piensa que cuando todo esto llegue a su fin, los beneficiarios podrán regresar a su casita y realizar actividades que los llenan de vida. Un lugar en donde se sienten útiles; incluso ellos están procesando sentimientos de miedo, aislamiento, confusión, enojo, pero sobre todo tristeza”, concluyó Angélica Haro.
El centro de capacitación socio laboral para personas adultas con discapacidad intelectual
“La Casita de San Ángel IAP”, invita a la comunidad a contribuir con su granito de arena y dar esperanza para que este proyecto continúe y siga transformando vidas. La unión es la única manera de superar esta crisis.
Comparte esta información, para que más personas conozcan la gran labor que se realiza en este centro. Cualquier donativo, duda, aclaración o pregunta no dudes en contactarlos:
La Casita de San Ángel IAP. Página web: www.lacasitadesanangel.org.mx Facebook: @LaCasitadeSanAngelOficial
Twitter: @CasitaDSanAngel