Anunciación.- Humberto Bravo Álvarez,

jefe de la Sección de Contaminación Ambiental  el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que desde  los años 60 se conocen y han probado estrategias de prevención, minimización y control de la contaminación atmosférica; además, se ha contemplado la aplicación de una a nivel nacional para remediar los problemas en la materia, que día a día, se presentan con mayor frecuencia y consecuencias en la salud.
Al inicio de la actual administración, se presentó una propuesta para crear en México un consejo federal honorario en materia ambiental, cuya meta es llevar a cabo una transición de la reglamentación existente (comando y control) para lograr un cumplimiento más efectivo, con la instalación de un federalismo ambiental desconcentrado, a fin de reducir el costo de operación y alcanzar un desarrollo nacional sustentable.
Lo que se planteó fue crear una instancia curricular en contaminación ambiental, para analizar las estrategias adecuadas, desde el punto de vista económico y social, con la mejor tecnología aplicable para las ciudades de México, sin embargo, “a la fecha no se ha recibido la respuesta para presentar y, quizá, mejorar la propuesta”, indicó Bravo Álvarez.
En cuanto a la contaminación de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), consideró que la estrategia del uso de las bicicletas como medio de transporte urbano no resolverá los conflictos del transporte masivo, ni reducirá los riesgos a la salud; además, existe el aspecto de seguridad en este medio de transporte, pues el peligro es mayor y su uso representa, en muchos casos, complicaciones para las personas que se desplazan a grandes distancias.
Se debe prever la formación de ozono en la atmósfera de la ZMCM, localizada en una cuenca con 52 mil 480 industrias, aproximadamente el 16 por ciento del total del país, cerca de 4.5 millones de vehículos y 20 millones de habitantes.
Junto a estos factores, las condiciones fisiográficas y meteorológicas del área afectan la producción de O3 y de partículas adicionadas a la radiación solar del rango del ultravioleta, “lo que nos hace considerar que la Ciudad de México puede ser visualizada dentro de un gran reactor fotoquímico, donde los precursores de ozono y partículas se encuentran presentes: óxidos de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles, radiación solar en el rango ultravioleta y temperatura ambiente adecuada para llevar a cabo las reacciones encaminadas a la producción de aquel elemento; respecto al estudio de la química atmosférica de la urbe, Bravo Álvarez consideró que la medición de contaminantes que cotidianamente realiza el Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) es de alta precisión.

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