Esta mañana, en la Misa “por la elección del 

Sumo Pontífice”, la Homilía estuvo a cargo del Cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio.
Instó a los cardenales a hacer presente el amor del Padre hacia los seres humanos es la misión de los pastores de la Iglesia. “Esta misión de misericordia ha sido luego confiada por Cristo a los pastores de su Iglesia. Es una misión que compromete a cada sacerdote y obispo, pero compromete aún más al Obispo de Roma, Pastor de la Iglesia universal. A Pedro, en efecto, Jesús dijo: “Simón de Juan ¿me amas tú más que estos? … Apacienta mis ovejas” (Juan 21,15). Es conocido el comentario de san Agustín a estas palabras de Jesús: “sea por lo tanto tarea del amor apacentar la grey del Señor”.
Advirtió que “el servicio caritativo más inmediato hasta el servicio más alto, es aquel de ofrecer a los hombres la luz del Evangelio y la fuerza de la gracia”.
Citó a Benedicto XVI en el Mensaje para la Cuaresma de este año, donde dice: “A veces se tiende en efecto a circunscribir el término ‘caridad’ a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. Es importante, en cambio recordar que la máxima obra de caridad es precisamente la evangelización, o sea el ‘servicio de la Palabra”. Porque, dijo, “no hay una acción más benéfica y por tanto caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la más alta e integral promoción de la persona humana”.
“Es propiamente por la unidad de su Cuerpo Místico que Cristo ha enviado luego su Santo Espíritu y al mismo tiempo ha establecido a sus Apóstoles, entre los cuales Pedro sobresale como el fundamento visible de la unidad de la Iglesia … Y todos nosotros, pues, somos llamados a cooperar con el Sucesor de Pedro, fundamento visible de tal unidad eclesial”
Recordó la palabras de Jesús cuando dijo a sus Apóstoles: “Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15,12) y aseguró que “en el surco de este servicio de amor hacia la Iglesia y hacia la humanidad entera, los últimos Pontífices también han sido artífices de muchas iniciativas benéficas hacia los pueblos y la comunidad internacional, promoviendo sin cesar la justicia y la paz. Rogamos para que el futuro Papa pueda continuar esta incesante obra a nivel mundial”.
Finalmente, dijo a los cardenales: “Mis hermanos, oremos para que el Señor nos conceda a un Pontífice que desarrolle con corazón generoso tal noble misión. Se lo pedimos por intercesión de María Santísima, Reina de los Apóstoles, y de todos los Mártires y los Santos que en el curso de los siglos han hecho gloriosa esta Iglesia de Roma. ¡Amén!”