Anunciación.-  La Conferencia del

Episcopado Mexicano a través de su obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, dio a conocer el mensaje con motivo de la sede vacante.
Hermanas y hermanos, con sentimientos de fe, esperanza, amor y gratitud, la iglesia que peregrina  en México, en comunión con toda la iglesia, vive en este día el término del luminoso Pontificado de su santidad  Benedicto XV. Como expresión de gratitud al Pontífice emérito, que el año pasado visitó nuestra nación, las campanas de las catedrales  y templos de las diócesis y prelaturas Mexicanas han repicado en el momento  en el que Roma, a las 20:00 hrs.  De este 28 de febrero de 2013, ha comenzado la Sede vacante.

Los Obispos de México reiteramos al Papa emérito lo que  le hemos expresado en la carta enviada el pasado 12 de Febrero,: nuestra gratitud por haberse propuesto, como programa de gobierno, escuchar la palabra y la voluntad  del Señor (cfr. Homilía en la inauguración solemne de su Pontificado, 24 de abril de 2005), quien ahora le ha llamado a dedicarse aún más a la oración y a la meditación, y así seguir sirviendo a la iglesia, de modo más apto a su edad y a sus fuerzas (cfr. Ángelus, 24 de febrero de 2013).

A los sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y laicos, así como a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de México, les invitamos a vivir estos momentos con la certeza de que Dios guía a su Iglesia. “No perdamos nunca esta visión de fe nos ha dicho Su Santidad Benedicto XVI, que es la única y verdadera visión del camino de la Iglesia y del mundo”.

Los Obispos de México agradecemos  las muestras de solidaridad que hemos recibido por parte de diversas autoridades, instituciones y asociaciones, así como de muchas personas. Felicitamos las iniciativas, tanto individuales  como comunitarias, particularmente juveniles, para agradecer a Dios  y Su Santidad Benedicto XVI su fructífero servicio a la Iglesia y al mundo.

Mientras está vacante la Sede Apostólica, el gobierno de la iglesia  queda confiado al Colegio de los Cardenales (“Universi Dominici Gregis”, n.2), quienes habrán de convocar al Cónclave a los Cardenales  electores  en un tiempo no mayor a veinte días, pudiendo anticiparlo  a retrasarlo si hubiera motivos grave, pero sin exceder el plazo señalado (“Normas nonnullas”, n.37).

Unidos en la fe de los Apóstoles, permanezcamos  en oración, encomendando a Su Santidad Benedicto XVI y rogando nos conceda  un nuevo Papa(cfr. “Universi Dominici Gregis”, n. 84). Hagámoslo, teniendo presente  que la oración no es aislarse del mundo y de sus contradicciones, sino que reconduce a servir a nuestros hermanos y hermanas  con el mismo amor  de Dios (cfr. Mensaje para la Cuaresma de 2013, n. 3).

Dejémonos iluminar por la palabra divina, que nos permite conocer el sentido  de cada criatura y edificar la propia vida, entablando relaciones animadas por la rectitud y la justicia, empeñándonos en la nueva evangelización (cfr. Vermum Domini, n6, 100 y 122). Encontremos en la Eucaristía la fuerza para transformar  las estructuras  injustas y restablecer el respeto de la dignidad humana (cfr. Sacramentum Caristatis, nn. 72 y 89).

Que Santa María de Guadalupe  nos acompañe en esta hora de la historia, e interceda  para que el Señor conceda  a su Iglesia un sucesor  de san Pedro  según su voluntad.

Por los Obispos de México

José Francisco Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara  Presidente de la CEM                                       Eugenio Lira Rugarcía, Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario general de la CEM

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