Más de dos décadas siendo un hogar y una familia para miles de niñas, eso y más es Ayuda y Solidaridad IAP
Autor: Carlos Hernández Huerta
Fotos: Jesús Arizmendi Valdez
Valeria es una joven residente en Fundación Ayuda y Solidaridad con las Niñas de la Calle IAP, donde ingresó a temprana edad y que gracias a la casa hogar, tuvo una familia que la apoyó a tener una vida llena de felicidad.
Posteriormente Vale conoció a su papá, y quiso ingresar en su entorno al vivir con él. Desafortunadamente no fueron las condiciones óptimas para ella y tanto su desarrollo académico como personal, le hacía muy difícil continuar como ella pensaba. Esto le hizo querer regresar a la fundación y pedir una segunda oportunidad.
Hoy Vale es una recién graduada de preparatoria que, con la ayuda de la institución, y en el marco de este cierre de ciclo escolar, se siente muy agradecida con AyS, “Porque me hace querer echarle más ganas para que yo me merezca esto, que en realidad es muy muy increíble, y me gusta mucho. Al enterarme que iba a regresar a la casa, grité de emoción, y quise volver porque aquí hay muchas ventajas, la escuela y los reconocimientos es algo que me va ayudar tanto para hacerme autónoma como para continuar.”
Ésta es solo una de cientos de historias alojadas en Fundación Ayuda y Solidaridad IAP, que festejó 29 años el pasado 29 de julio, celebrando así un cumpleaños importante, adherido al cierre de ciclo escolar donde niñas y jóvenes egresaron de preescolar, primaria, secundaria y preparatoria, conjugando así un evento de alegría, agradecimiento y de mucha energía en cada niña beneficiaria de la institución.
Para su directora general, Leticia Becerril Palacios, estar al frente de una organización que alberga a más de 70 niñas y jóvenes es un reto enorme, pero que, gracias al apoyo de los aliados, donativos y a cada persona integrante de la casa hogar, es como ha sido posible llegar a un número tan importante como el 29, a un paso de 3 décadas de interminable trabajo.
Dentro de esta celebración, se llevó a cabo la entrega de diversos reconocimientos para las niñas, a la par de enriquecer el momento con demostraciones de actividades artísticas que realizan dentro de la fundación, como clases de guitarra; coro; clases de piano; baile y una galería con todo el trabajo documentado que hacen diariamente. De igual forma se reconoció la labor de las couches y profesores por su dedicación y compromiso.
Descubriendo el modelo de atención, se desarrolla en forma simbólica de acuerdo a la edad de cada niña. El primer nivel es denominado Catarinas, que abarca de los 4 a los 9 años; posteriormente se van al nivel de las Mariposas, englobando a jóvenes adolescentes de 10 a 15 años; Luciérnagas es el paso siguiente con jóvenes de 16 a 18 años.
Posteriormente llegada su mayoría de edad, ellas pueden decidir si son autosuficientes para independizarse o también tienen la posibilidad de seguir residiendo en la casa, con el programa Quetzales, donde las mayores de 18 años pueden estudiar y trabajar, perfilándose así a una vida autónoma.
En última instancia se encuentra el programa Gaviotas, para mayores de 20 años, siendo una Casa de Alto Vuelo para aquellas que siguen trabajando y estudiando. Cada nivel está respaldado con un modelo de atención basado en un enfoque de derechos centrado en las niñas y promoviendo su participación, con enfoques humanistas: Constructivista, Disciplina positiva, Vínculo emocional, Psicología evolutiva y entornos seguros.
Combinando su modelo integral de atención y el cuidado que se le da a cada niña y joven, es como fundación AyS les ha brindado una segunda oportunidad para que encuentren en la casa hogar una familia que las respete, y que se sientan seguras, teniendo la confianza de contar con un espacio que nunca les va dar la espalda.
Veintinueve años de labor han hecho que Valeria, Nikki y Nuni, por tan solo mencionar una pequeña parte de todas las niñas en la casa hogar, puedan soñar con un futuro profesional, con una vida de esperanza y amor que las haga ser mujeres independientes y seguras de sí mismas.
Solo queda felicitar a Fundación Ayuda y Solidaridad con las Niñas de la Calle IAP y desear muchos años más de filantropía y altruismo.