Anunciación.- Su historia se remonta hacia el año de 1945 cuando realizaba su servicio social en un hospital de la ciudad de Los Ángeles, California, Estados Unidos. Margaret D’aiuto en ese entonces estaba por terminar su carrera en enfermería. Ahí conoció a Luis Gallardo, un médico mexicano que había ido al país vecino a estudiar una especialidad en ginecología.
En ese hospital Margaret y Luis, se trataron, se enamoraron y tras 2 años de noviazgo, en 1947 vinieron desde los Estados Unidos a casarse a la Ciudad de México. Del matrimonio Gallardo D’aiuto nacieron 7 hijos los cuales llenaron de alegría y felicidad el hogar de esta pareja que sin duda nos pone una ejemplo que para el amor no existen fronteras.
Margaret D’aiuto platicó que lo que admiraba de su esposo y lo que le atrajo, fue su carisma, su sentido del humor, la dedicación a su familia y sobre todo un hombre entregado a su profesión no sólo preocupado por curar a sus pacientes sino ayudarlos en lo que estuviera a su alcance.
El Dr. Luis Gallardo Ayala gustaba de realizar deporte extremo, practicaba el montañismo, un sin número de veces escaló los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, le gustaba la natación y otros deportes. Un hombre fuerte y vigoroso, lleno de energía que un día al cumplir los 50 años de edad vio cómo de repente esa luz que iluminaba su camino se fue desvaneciendo.
Margaret y sus hijos pensaban que tal vez el Dr. Gallardo estaba atravesando por una crisis por la edad, sin embargo esto no fue así. Al paso de los días Luis empezó a tornarse diferente, su carácter y forma de organizarse para realizar sus actividades diarias no eran las mismas.
La familia se preocupó por esta situación, ya que al paso del tiempo el Dr. Gallardo veía mermada su salud, llegó el momento en que no caminaba, no hablaba y no podía comer.
Tras varias visitas al médico y sin dar un diagnóstico preciso sobre la enfermedad, fue hasta pasados 10 años que descubrieron que Luis Gallardo tenía Huntington.
Este padecimiento es una enfermedad cerebral degenerativa, progresiva y hereditaria, que da como resultado la perdida de la capacidad mental y el control físico de las personas. Conforme avanza la enfermedad se disminuye de manera importante la capacidad para pensar, hablar y caminar.
Comentó Margaret que fue un golpe duro para la familia sobre todo para ella, pero como dijo no podía rendirme, tenía que ser muy fuerte, luchar por sacar a mi esposo e hijos adelante, auque ellos ya eran mayores siempre necesitan de una madre”.
Explicó que cada miembro de la familia con Huntington se ve afectado no solo por la enfermedad, sino en lo emocional, lo social y lo económico. Los individuos afectados deben hacer frente a la enfermedad y a los cambios de su habilidad de contribuir a la sociedad.
Margaret D’aiuto comentó que hasta el momento no existe un tratamiento efectivo o curativo para esta enfermedad, aun cuando se pueden administrar medicamentos que dan alivio parcial, ninguna droga puede detener el progreso del padecimiento.
Asimismo la enfermedad del Huntington es hereditaria, cada hijo de un padre con este mal tiene una probabilidad de 50% de heredar el padecimiento y se dice que este en riesgo.
Lamentablemente de los 7 hijos que procrearon Margaret y Luis 4 de ellos heredaron la enfermedad, uno de ellos murió al igual que el Dr. Gallardo.
Mi esposo, dijo Margaret falleció a los 72 años de edad y vivió con la enfermedad 22, el padecimiento se presenta en niños de 2 años y adultos de 80 años, sin embargo, los síntomas aparecen frecuentemente entre los 30 y 50 años.
En ese mismo tiempo mientras mi esposo Luis tenía la enfermedad, nos enteramos que mi hijo mayor también había heredado este padecimiento. “Sentí morirme al enterarme, pero le pedí a Dios me diera fuerzas para seguir adelante y ser el motor de mi familia. Lamentablemente mi hijo duró un poco menos que mi esposo, la enfermedad la adquirió cuando tenía 30 años y murió a los 48 años”.
D’aiuto explicó que los síntomas tempranos aparecen lentamente, estos pueden ser movimientos involuntarios del cuerpo o extremidades, cambios marcados de personalidad, depresión, euforia y disminución de la memoria. Conforme avanza la enfermedad, el lenguaje se torna difícil de articular, la deglución de alimentos no es correcta, se deterioran el razonamiento y el juicio. El paciente debilitado muere por neumonía, insuficiencia cardiaca y otras complicaciones.
Pero para Margaret no todo termina ahí, ya que otros tres de sus hijos tienen ya la enfermedad del Huntington, al mencionarlo se le llenan su ojos de lágrimas, sin embargo dice que luchará hasta el último minuto, que Dios le conceda vida para velar por sus hijos, ya que esa es su misión en la vida.
Antes que muriera su esposo el Dr. Gallardo en 1992 y luego de conocer a la Dra. Elisa Alonso, genetista del Instituto Nacional de Neurología de la ciudad de México, fue que Margaret decidió instituir la Asociación Mexicana de la Enfermedad del Huntington, IAP que se encarga de dar asistencia a pacientes y familiares con esta enfermedad en donde además provee de terapias ocupacionales, del lenguaje, espiritual y músico terapia.
Por otra parte ofrece atención médica, grupo de apoyo y conferencias, servicios psicológicos, así como eventos y convivios.
Sin duda Margaret D’aiuto Martarano, es un ejemplo de vida, de lucha, de hacer latente aquella frase que dice: querer es poder y caer es volver a levantarse, porque el amor de la madre es el más grande de los amores y como el ningún otro.