Los niños que son amamantados durante al menos cuatro meses después de nacer desarrollan menos problemas de comportamiento que aquellos que son alimentados con leche artificial, así lo reveló un estudio realizado por diversas universidades de Inglaterra.
Aunque las causas de estas diferencias no están del todo claras, los autores indican que podría deberse a los componentes de la leche materna, que contiene altas cantidades de ácidos grasos polinsaturados esenciales, factores de crecimiento y hormonas que juegan un importante papel en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central de los niños.
Otra posible explicación que señalan los investigadores es que el acto de amamantar crea una relación especial entre la madre y su bebé que puede influir en el posterior comportamiento del niño.
A las madres participantes en el estudio se les pidió que evaluaran cómo se portaban sus hijos al cumplir los cinco años.
Tan sólo un 6% de los niños que fueron amamantados al menos durante cuatro meses mostraron problemas de comportamiento, como ansiedad, hiperactividad o tendencia a mentir, comparado con el 16 por ciento de aquellos que fueron alimentados con leche artificial.
De acuerdo con los investigadores no se sabe si ello es debido a los componentes de la leche materna, a la interacción entre madre e hijo o a una menor incidencia de enfermedades en los niños que son amamantados.