Liderazgo: FOMENTAR LA UNIDAD DEL PAÍS
Autor: Gabriel Martínez Navarrete
“Mejor la unidad que ganar” dijo en cierta ocasión Winston Churchill. Y esta frase pasó a la posteridad y se ha hecho célebre en el mundo de la política. El significado de esta expresión puede considerarse válido para muchos países, casi todas las épocas y gobiernos: siempre es mejor estar unidos, que peleados y divididos por retener o conseguir el poder.
Una nación dividida es semejante a una familia rota: lo que debería ser paz, tranquilidad, orden, cohesión y sosiego, se puede transformar en guerra, intranquilidad, desorden, dispersión y ansiedad: con el consiguiente daño para todos y cada uno de los habitantes. Con el desorden no se va a ninguna parte.. Un líder, si desea ser eficaz, necesita ser instrumento de auténtica unidad. Las apariencias siempre engañan y resultan contraproducentes.
El mejor activo de México se encuentra en la unidad de los mexicanos; que es precisamente la prioridad número uno que debería tener un dirigente ¿Cómo lograr esta unidad? ¿Su propuesta de gobierno en que debe basarse? A mi juicio, necesita poseer los siguientes rasgos, si realmente desea ganar a buena parte del pueblo:
1) Fomentar lo más posible la libertad y la responsabilidad personal de los ciudadanos, especialmente de quienes tienen algún tipo de poder, ya sea económico, jurídico, político, militar, etc., de modo que estos “tiren del carro” de acuerdo a los intereses del bien común o del país. La libertad de acción debe ser proporcional al grado de responsabilidad.
2) Enseñar a los ciudadanos a valorar las consecuencias de sus acciones con respecto a los demás. ¿Cómo? Promoviendo una educación en la que los pilares sean: a) respeto a la moral natural; b) crear una mentalidad de servicio a los demás que debe reflejarse en un trabajo bien hecho; c) capacitar a los más posibles para que puedan ganarse la vida mediante el ejercicio de un oficio o profesión; d) revalorizar el papel de la familia, como núcleo donde se realiza la vocación, que después habrá de ser complementado con una adecuada instrucción en las escuelas, animando a los padres de familia a interesarse por la educación de sus hijos.
3) La ejemplaridad en el comportamiento, es el modo más eficaz para ayudar a otros a que actúen bien.
Lo dicho hasta aquí no basta, si no se consigue una auténtica confianza; la cual no reside tanto en la capacidad para decidir de modo adecuado (la experiencia, la información cierta y suficiente, , un excelente equipo de trabajo, etc., pueden ayudar), sino la confianza en las intenciones de quien manda, es lo único que puede dar origen a la autoridad, y por lo tanto, a la libre aceptación de quienes están abajo. Esta confianza se refleja en foros de consulta popular, cuando captan los genuinos requerimientos y necesidades de la población.
Mediante la aceptación popular se obtiene el poder; es decir, la voluntad política para que el dirigente electo maneje por motivos exteriores (decretos y reglamentos) el comportamiento de otras personas. Porque la autoridad se reconoce, cuando existe la seguridad de las buenas intenciones en quien ejerce el poder Por las obras es por lo que conocemos a cada quien. Los discursos tienen solamente el valor del momento en que se pronuncian.
¿Cómo se puede perder la autoridad?: mediante el uso injusto del poder; cuando el poder no se usa, en el momento y en el caso en que debería usarse (permisivismo); usando inútilmente el poder (pérdida del sentido de la dirección). Generalmente la pérdida de la autoridad se acompaña por un proceso continuado de frustraciones, que llevan a crear una oposición que puede llegar a ser muy seria, y un obstáculo para la realización de los planes de gobierno.
Cualquier dirigente que propugne y estimule la lucha de clases, estría actuando contra la unidad de los mexicanos, promoviendo el odio –que es desunión y rompimiento-; y a la postre estaría descalificado para ejercer cualquier tipo de liderazgo de servicio a los demás. Esto casi siempre se refleja por un escaso arrastre ante la población, y una minoría de simpatizantes.