Anunciación.- La moda tiene muchas aplicaciones. La más conocida se refiere al modo de vestir y entonces, por temporadas se adoptan ciertos colores, los diseños de la ropa también se delimitan: a veces se prefieren faldas y blusas, otras veces las texturas en las telas y los accesorios, hacen énfasis en algún detalle. Además la manera de maquillarse y los aromas. Esto en el caso de las mujeres. 

Pero también los hombres siguen la moda: las corbatas, las solapas de los sacos, las combinaciones de colores, el diseño de los casimires, etcétera. Así como los accesorios, por ejemplo los relojes. El modo de cortar el pelo, la barba, el bigote y, también fragancias masculinas.

Hay moda en la arquitectura, en el diseño de la ornamentación: a veces es exuberante, otras veces es muy sobria. Incluso los muebles llevan el nombre del diseñador o el de una reconocida personalidad que los adopta y los demás le imitan. Entre otros aspectos, el mobiliario ayuda a ubicar en la época en que se ha dado un suceso o ha vivido un personaje.

Y, todo esto está muy bien, porque en la elección de un estilo o en la creación de una tendencia, la persona se expresa libremente y  puede sentirse cómoda con todo aquello que le rodea.

También en el modo de organizarse en sociedad puede haber cambios. En estos aspectos no tanto por moda sino porque varían los sistemas de trabajo, o los instrumentos o los equipos, que al ser más útiles, necesariamente llevan a una modificación.

Sin embargo, hay cuestiones medulares en la vida de las personas que si se modifican provocan serias alteraciones, es el caso de la familia. Puede variar el número de hijos, puede variar el hecho de llevar a vivir al propio hogar a parientes o amigos, por motivos diversos. Pero lo que no puede variar es la presencia de un hombre y de una mujer que aportan sus peculiares diferencias: masculinas o femeninas, respectivamente. Y muestran a los hijos esos dos modos.

Así es una familia tradicional, las actitudes expresan bien las diferencias de sexo, y es de desear que esas relaciones sean de respeto, armonía y equilibrio de temperamentos. Entonces los recuerdos de la vida familiar son buenos para el presente y preparan un buen futuro.

MIRAR EN LO PROFUDO:  Ana Teresa López de Llergo