La influencia de la Navidad 2021 en el año 2022

15 diciembre, 2021

Autor: Ana Teresa López de Llergo

Cuando el Santo Papa Francisco recibió el regalo del árbol de Navidad y el nacimiento que este año colocaron en la Plaza de San Pedro, en Roma, dio un consejo al mundo: “No dejemos que la Navidad se contamine con el consumismo y la indiferencia”. Palabras que hemos de tener en cuenta y añadir: y que esta experiencia imprima una huella en todo lo que haga durante el próximo año.

Es tan grande lo que contemplamos y es tan grande el, regalo que recibimos que no podemos recibirlo como otro regalo más, ni tampoco recordarlo con añoranza, y si acaso tratar de reproducir esos días el año venidero. Si hemos sido superficiales todos los años que hemos pasado por esta fiesta, estamos en el tiempo adecuado para sacar más fruto de ese suceso.

Estamos preparados para dar este rumbo a los días que se avecinan, porque quien más, quien menos, todos hemos sufrido al experimentar la incertidumbre ante una pandemia desconocida que parece que no se acaba. O tal vez porque nos enfermamos o porque han muerto seres queridos o porque hemos visto sufrir a muchos sin poderlos consolar.

El Papa hizo ver que en la Navidad Dios se acerca a nosotros, por lo tanto, hemos de plantearnos regresarle la visita y sostener encuentros con Él durante el año de 2022. Para que este propósito no quede sin concretar, podemos planear diversos modos de comportarnos cuando estemos con la familia, cuando estemos en el trabajo y cuando estemos en las actividades sociales.

No dejarnos llevar por el consumismo es poner alto a las compras sin sentido o precipitadas. Lograr esa actitud es consecuencia de estar pendientes de nuestras decisiones. Aprovechar las consecuencias del forzoso encierro y del aumento de los precios. Eso nos hará más austeros, y si le damos sentido a esas limitaciones, empezaremos a gastar solamente en lo necesario, Así podremos seguir durante el próximo año ahorrando para dar a los más necesitados. Esto es virtud y no fomenta la tacañería.

La observación de las carencias que sufren los demás automáticamente nos saca de la indiferencia. Fomentamos la cercanía con los demás para resolver algún aspecto, aunque sea pequeño. La ayuda siempre conmueve y llena de gratitud. Quienes reciben ese beneficio no sólo obtienen algo sino también mejoran sus sentimientos al conmoverse. Todo esto nos dará felicidad.