Anunciación.- Todos deseamos un mundo más fraterno. Esto significa que en cualquier circunstancia y rodeados de personas conocidas o desconocidas, encontremos algún tipo de cercanía, podamos establecer algún grado de comunicación, expresar lo que nos sucede o solicitar algún tipo de ayuda. Y siempre obtener alguna respuesta. 

Esto no es una utopía sino una necesidad propia de toda persona, aunque en algunas sea más notoria, todos deseamos atención cuando manifestamos alguna solicitud. Y, en la familia vivimos experiencias muy variadas que nos muestran diferentes estilos de respuestas, y de manera espontánea advertimos que ayudar o pedir ayuda es algo de la vida cotidiana.

También sabemos que hay familias más unidas y otras disgregadas, por eso, unas fomentan la colaboración y otras asfixian esas tendencias. Sin embargo, hay temporadas donde el ambiente es más propicio para mejorar, para reconocer las deficiencias y estar dispuestos a poner remedio una vez más, con la esperanza de tener mejores resultados en esta nueva ocasión.

La Navidad nos lleva de la mano a meditar en el ambiente de familia que forja la esperada llegada del Niño Jesús. A María y a José les cambian las circunstancias al imponerles la necesidad de empadronarse, los planes iniciales se vienen abajo de improviso y sin embargo no se hacen reproches ni buscan evadir sus responsabilidades.

Este ejemplo lo podemos analizar en familia. Independientemente de la edad de cada uno, podemos sacar conclusiones válidas y convincentes para que nos remuevan a plantearnos propósitos de convivencia que alegren a quienes están cerca. Luego ampliaremos nuestro horizonte y tendremos fuerza para que nuestra ayuda llegue a otros.

En esta época todos deseamos una feliz Navidad, a veces no sabemos cómo lograr que sea feliz y, el secreto está precisamente en lo que acabamos de leer: buscar primero hacer felices a los demás, este es el camino seguro para encontrar la felicidad más íntima y profunda que ninguna adversidad nos puede quitar. El secreto es imitar a María y a José.