La educación es la vacuna contra la violencia
Por: Diego Jiménez Silva
Fotografía: Fundación Casa Santa Hipólita AC
La Declaración Universal de Derechos Humanos proclama que la educación es un derecho humano fundamental para todo el mundo. Niñas, niños y adolescentes acorde al artículo 3 ° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece que se debe tener acceso a una formación laica, gratuita y obligatoria, misma que les permitirá desarrollarse plenamente y alcanzar su máximo potencial.
Asimismo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el derecho a la educación es indispensable para ejercer otros derechos humanos, entre ellos, ser una herramienta para mejorar la condición social de niños y adultos marginados, sacarlos de la pobreza e integrarlos en la sociedad.
Sin embargo, la falta de oportunidades derivado de las carencias económicas en los hogares, entre otros factores como la violencia e inclusive la lejanía de las escuelas para algunos, imposibilita gozar de este derecho a millones de niños.
En México el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que son más de 4 millones de niñas, niños y adolescentes los que no asisten a la escuela, mientras que 600 mil más se encuentran en riesgo de abandonarla. Quienes viven en comunidades indígenas son los más vulnerables ante este panorama, ya que solamente 1 de cada 10 menores que hablan una lengua indígena y no español asiste a la escuela, comparado con 7 de cada 10 del resto de la población.
EL PANORAMA ANTE EL COVID-19
La actual pandemia ocasionada por el COVID-19 ha traído como consecuencia diferentes estragos, entre ellos el incremento en la deserción escolar; afectando a millones de niños, niñas y jóvenes que por diferentes circunstancias estarán por abandonar la escuela para el siguiente ciclo escolar 2020-2021. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que serán 1.4 millones de estudiantes quienes se verán afectados desde educación básica hasta posgrado.
LA EDUCACIÓN CONSTRUYE FUTUROS BRILLANTES
Ante tal panorama son diferentes las estrategias y programas que se han buscado implementar por parte de las diferentes instancias en México para poder reducir estos números y ayudar a quienes más lo necesiten. Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) no se han visto indiferentes ante estos temas y por tanto se han sumado a construir y trabajar en programas que beneficien a las y los niños mexicanos, aportando esfuerzos y recursos para mejorar su situación educativa e impulsarlos a terminar.
Fundación Casa de Santa Hipólita AC nació en 1990 por iniciativa de James y Haydeé Taylor, quienes tuvieron por misión promover la educación de los niños y jóvenes mexicanos que carecen de recursos económicos.
Mediante los donativos y el voluntariado, es que se logra ayudar a quienes más lo necesiten. “Esto a través de un apoyo que de mano en mano llega a los niños en forma de útiles escolares, uniformes y herramientas para facilitar la forma en la que se desenvuelven en su vida académica.” Asimismo, desarrollan eventos para fomentar el buen desempeño académico y el desarrollo artístico.
En el 2015 Fundación Casa de Santa Hipólita AC fue reconocida con el distintivo “México sin trabajo infantil”. Este galardón es entregado a organizaciones de los sectores público, privado y social que cuentan con procesos, políticas, programas y acciones que contribuyen a la prevención y erradicación del trabajo infantil y a la protección de las y los adolescentes trabajadores en edad permitida en México.
La educación es parte fundamental del desarrollo de las y los niños, es por ello que debemos seguir apoyando las diferentes causas que cotidianamente se esfuerzan por construir un futuro mejor para las infancias, así como asegurar la igualdad de oportunidades para todos. Entre todos somos más fuertes.
Fundación Casa de Santa Hipólita AC. Página: https://www.casadesantahipolita.org/ Facebook: @casadesantahipolita Twitter: @santa_hipolita