Inteligencia Artificial: ¿Será capaz de sustituir la nuestra?

“El cerebro es un solucionador inteligente de problemas, de modo que imitemos al cerebro”.

Warren McCulloch (1898-1969) neurólogo y cibernético estadounidense y Walter Pitts (1923-1969) matemático estadounidense. Ambos impulsaron el nacimiento de la IA proponiendo la definición de la neurona.

Cuando sabemos de noticias que parecen imposibles y que son de gran ayuda para la humanidad, es cuando reconocemos la importancia de la inteligencia artificial (IA) por sus inmensas aplicaciones. Al leer las noticias me encuentro con un emprendedor, el estudiante mexicano Julián Ríos, que creó un brasier que detecta indicadores de cáncer de mama a través de sensores.

La información de la paciente es analizada por algoritmos de inteligencia artificial para detectar la posibilidad de presencia de patologías o cáncer de mama. Los resultados llegan a la usuaria vía mail unas horas después de la sesión.

Los orígenes de la Inteligencia Artificial se remontan a la época griega, cuando Aristóteles ideó un manual con un conjunto de reglas que explican una parte del funcionamiento de la mente para obtener conclusiones racionales.

Por su parte, Ctesibio de Alejandría (250 a. C.) construyó la primera máquina autocontrolada, un regulador del flujo de agua que actuaba modificando su comportamiento racionalmente.

A pesar de estos primeros referentes históricos, a Alan Turing (1912-1954) se le considera padre de la inteligencia artificial, conocido sobre todo por la concepción del test de Turing, un criterio según el cual puede juzgarse la inteligencia de una máquina si sus respuestas en la prueba son indistinguibles de las de un ser humano.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939 al 2 de septiembre de 1945), trabajó en descifrar los códigos nazis, particularmente los de la máquina Enigma. Se ha estimado que su trabajo acortó la duración de esa guerra entre dos y cuatro años, en el entendido que este conflicto bélico causó la muerte de más de 60 millones de personas, con graves consecuencias económicas, sociales y políticas en todo el mundo. Considerando el costo total de la guerra, el acortarla significa además de salvar la vida de muchas personas, un ahorro muy considerable en el gasto total. Tan solo para Estados Unidos la factura final de la lucha en el Pacífico y Europa fue enorme. En dólares de la actualidad, el costo fue de 4.1 billones de dólares según datos de investigación del Congreso.

«Enigma» era el nombre de una máquina de rotores que permitía usarla tanto para cifrar como para descifrar mensajes. De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por los servicios de inteligencia polacos, quienes instruyeron a su vez a los servicios franceses e ingleses en el sistema de cifrado, este fue finalmente descubierto.

Fue ya en 1956 cuando John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon acuñaron el término de inteligencia artificial durante la conferencia de Dartmouth para referirse a “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligentes”.

Un momento importante de la inteligencia artificial llegó en 1997, cuando IBM demostró que un sistema informático era capaz de vencer al ajedrez a un humano… y no un humano cualquiera, sino el campeón del mundo Gari Kaspárov. Se llamaba Deep Blue y sirvió de base para que la industria tecnológica y la sociedad en general cobrara conciencia de la relevancia y las posibilidades de la IA.

Otro ejemplo de inteligencia artificial es IBM Watson. Un sistema que hizo su aparición estelar, al estilo de Deep Blue, ganando una competición de alto nivel, aunque en este caso más compleja que la anterior. En 2001, Watson ganó el popular concurso televisivo Jeopardy! frente a los dos máximos campeones de este programa.

Jeopardy! es un concurso de televisión estadounidense creado por Merv Griffin. Es un concurso de conocimientos con preguntas sobre numerosos temas como historia, idiomas, literatura, cultura popular, bellas artes, ciencia, geografía y deportes. Consiste en que uno de los tres concursantes elige uno de los paneles del tablero de juego, el cual, al ser descubierto, revela una pista en forma de respuesta; los concursantes entonces tienen que dar sus respuestas en forma de una pregunta.

Watson tuvo que ser capaz de entender las preguntas y las respuestas que da, a lo que ayudaron sus 200 millones de páginas de contenido almacenadas en su sistema. También tuvo que realizar jugadas inteligentes a la hora de sopesar la elección de las categorías y cuando tuvo que apostar una cantidad en la ronda final. Desde entonces, el IBM Watson se ha convertido en el estandarte de los sistemas cognitivos, el procesamiento de lenguajes naturales, el razonamiento y el aprendizaje automático. Esta tecnología se está utilizando actualmente para ayudar en los tratamientos contra el cáncer, el comercio electrónico, la lucha contra el cibercrimen o la banca internacional.

Watson es una supercomputadora especializada en el procesamiento de lenguaje natural. En particular, es una implementación de DeepQA, un sistema de inteligencia artificial creado por IBM para responder preguntas abiertas acerca de cualquier dominio del conocimiento humano. Esto es complicado al extremo. La computadora debería ser capaz de entregar respuestas precisas e inteligibles, sintetizadas de una forma rápida y natural para un ser humano. Estamos hablando de un sistema eficiente en términos humanos, más que computacionales.

Watson se puede ver como un magnífico monumento dedicado como pocos a las ciencias de la computación y en especial a la inteligencia artificial. Su futuro no está en Jeopardy, sino en la administración y análisis de datos para diferentes áreas de la industria y el gobierno: salud, finanzas, servicio a clientes, ciencia.

El gigante de las búsquedas Google está haciendo numerosos progresos en este terreno, ayudando además a la comunidad de desarrolladores a sacar provecho de esta tecnología.

Otra de las grandes empresas que está apostando por la investigación y desarrollo de la Inteligencia Artificial es Facebook, como el propio CEO confirmó en una ronda de preguntas que publica en la red social. El objetivo es llegar a interpretar y comprender el significado del contenido que los usuarios comparten.

Google ha logrado seguir los pasos de IBM y conquistar un juego tradicionalmente de humanos, en concreto, el Go. Se trata de un juego oriental tan antiguo como complejo: se dice que su tablero, de 19×19 cuadrados, permite más posiciones durante una partida que átomos hay en el universo.

El Go es uno de los cuatro grandes artes de la antigua China. Los otros son la caligrafía, la pintura y el dominio de los instrumentos musicales tradicionales.

Mark Zuckerberg también es un fiel creyente en las posibilidades de la inteligencia artificial. Por ello, ha impulsado el FAIR (Facebook Artificial Intelligence Research), que aborda problemas genéricos del desarrollo de las inteligencias artificiales, o cómo “Language Technology” o la “Facebook M”, centrados en problemas prácticos del día a día de los usuarios.

La japonesa SONY tampoco es ajena a esta tendencia, ya que compró a la empresa Cogitai que aprovecha el “Machine learning”, para que los dispositivos puedan aprender de forma autónoma distintos comportamientos o respuestas ante estímulos y hábitos que van detectando conforme interactúan con su entorno.

Una de las posibilidades más inmediatas y prometedoras de la inteligencia artificial son los Chatbots, las herramientas que permiten la comunicación automatizada entre humanos y marcas o empresas, a través de redes sociales o comunicaciones de voz.

Un Chatbot es un software de inteligencia artificial capaz de permitir una conversación natural entre una persona y una máquina. Por ello, cada vez son más frecuentes en las aplicaciones de mensajería. Por lo general, se utilizan para llevar a cabo funciones de atención al cliente, ya que pueden resolver las necesidades de una persona. Las industrias que más han adoptado los Chatbots son telecomunicaciones, servicios financieros, viajes y retail, teniendo como resultado la lealtad del cliente. Esto, porque ayudan a realizar compras más fácilmente, dan información detallada sobre los productos y ofertas, un rápido servicio al cliente y hasta seguimiento de paquetes o quejas.

Seguridad Cibernética

En este contexto, la IA es un software que percibe su entorno lo suficientemente bien como para identificar eventos y tomar medidas contra un propósito predefinido. La IA es especialmente buena para reconocer patrones y anomalías dentro de ellos, lo que lo convierte en una excelente herramienta para detectar amenazas.

La inteligencia artificial podría mejorar la seguridad informática. Y existen muchos campos que se pueden beneficiar de ello, como la identificación biométrica o la privacidad de nuestros datos.

La inteligencia artificial está llamada a ser el futuro en muchos ámbitos, y la seguridad no es ninguna excepción. Cada vez es más difícil garantizar que un dispositivo sea seguro, o que nuestra información está a salvo.

Además, tenemos nuevos métodos para desbloqueos más seguros y asegurar los datos del interior del dispositivo. Algunos antivirus ya utilizan la nube junto a inteligencia artificial para detectar y combatir amenazas más rápido.

Esto es posible gracias a una subdivisión de la inteligencia artificial llamada Machine Learning. Mientras que la inteligencia artificial se centra en crear máquinas inteligentes, Machine Learning enseña a las máquinas a “pensar”. Es decir, que sepa cómo procesar datos sin la intervención de un humano.

Con todo esto en mente, podemos esperar sistemas mucho más inteligentes a la hora de defenderse de ataques. Los sistemas aprenderán a diferenciar el comportamiento normal de los hackers para detenerlos a tiempo.

Además, con nuestras casas cada vez más conectadas, con coches autónomos y con ciudades inteligentes, será vital la seguridad de todos estos dispositivos. El Internet de las Cosas ha levantado muchas preguntas en lo que a privacidad se refiere, y esta inteligencia ante ataques podría ser la solución a estos problemas. Podemos decir que el Internet de las Cosas es un concepto que se basa en la interconexión digital de objetos cotidianos con internet, y que mejora la vida de las personas.

El CEO de Ericsson, Hans Vestberg comentó: “Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia”.

En 2012 ya había 1.8 dispositivos móviles por persona en el mundo. En 2020 se espera que haya 20,400 millones de objetos conectados a Internet.

Si compraste un coche nuevo este 2019, muy probablemente se tratará de un vehículo conectado, con servicios digitales de entretenimiento, comunicación y navegación. Y es que, de acuerdo a las cifras que maneja la firma de análisis IDC, nada menos que 51.1 millones de coches conectados estarán rodando por las carreteras de todo el mundo este año.

El análisis de huellas dactilares ha dejado de ser el principal medio por el cual el gobierno de los Estados Unidos identifica a criminales o migrantes ilegales. Según la declaración de Gretta L. Goodwin, directora de Seguridad Nacional y Justicia en su informe, durante décadas, el análisis de huellas dactilares fue el biométrico más utilizado en Estados Unidos para identificar criminales o inmigrantes ilegales, y vincularlos con cualquier antecedente penal anterior. “Sin embargo, a partir de 2010 el FBI comenzó a reemplazarla con lo que se conoce actualmente como la Identificación de Próxima Generación (NGI, por sus siglas en inglés), que se basa en Reconocimiento Facial y algoritmos de Inteligencia Artificial”.

Los sistemas de reconocimiento facial ganan popularidad entre los servicios de seguridad de todo el mundo. Más presentes en China, algunos departamentos de policía occidentales también se han interesado en estos sistemas. Es el caso de Londres, que cuenta desde hace años con muchas más cámaras de las que pueden revisar a tiempo real y se relegan a su revisión como prueba testimonial.

Con la llegada de algoritmos de inteligencia artificial más modernos y potentes, esto está cambiando recientemente, ya que prometen ser capaces de detectar cuando los individuos bajo su campo visual están realizando actividades sospechosas e identificarlos.

Sistemas de Inteligencia artificial

Tras los avances en reconocimiento facial, parece que la tecnología está lista para dar un paso lógico en la evolución del reconocimiento del mundo físico. Es el mismo principio que permite a un coche autónomo evitar un accidente.

La aplicación de un software de análisis de cámaras de seguridad nos ayuda para detectar movimientos y conductas asociadas a crímenes violentos o hurtos. La herramienta es lo suficientemente poderosa para analizar terabytes de información y va afinando sus capacidades a medida que procesa todos estos datos. Su capacidad de anticipar delitos se basa en las llamadas “microexpresiones”, que delatan al criminal. Los algoritmos de inteligencia artificial podrán analizar microexpresiones de transeúntes para anticipar situaciones delictivas.

Sean Lawlor, especialista en Ciencia de Datos e Inteligencia de Negocios de Genetec, indicó que la empresa canadiense está aprovechando el aprendizaje profundo, un área relacionada con la inteligencia artificial, para mejorar varias de sus herramientas. Por ejemplo, tienen una solución para que, por medio de las cámaras de videovigilancia, se pueda contar el número de personas que entran y salen de un lugar. Dicha solución puede ser útil para las tiendas de retail, ya que estiman el flujo de gente que reciben y así toman decisiones de negocio.

Lawlor destacó otra solución de Genetec llamada Citigraf con la que son capaces de predecir el riesgo de crimen en las ciudades. Laurent Villeneuve, gerente de Producto de Marketing de Genetec, consideró que esta tecnología también será relevante en el área de ciberseguridad, pues también es usada por ciberdelincuentes.

El casino de Montreal que fue fundado en 1993, opera las 24 horas del día, los siete días de la semana, cuenta con cerca de mil 600 cámaras encargadas de diferentes actividades y cuyos videos se almacenan hasta por siete días. En el centro de control tienen diferentes equipos, algunos se encargan de revisar las mesas para determinar si alguien está haciendo trampa o hay jugadores en estado inconveniente. Las cámaras tienen IA para identificar y se tiene tecnología de reconocimiento facial.

Con cámaras de video instaladas en todas las ciudades, con celulares que saben donde estamos y qué páginas en internet revisamos, es obvio que enfrentamos un problema de pérdida de la privacidad. Las computadoras siempre están vigilando lo que hacemos, que objetos compramos y hasta las cosas que decimos en casa (si está activo el aparato Alexa de Amazon).

Los grupos más grandes del mundo ya no están en las universidades sino trabajan para Google, Apple, Amazon, Facebook y Microsoft, los llamados “cinco grandes”. La IA es ahora una especie de poderoso motor que propulsa a un sinnúmero de aplicaciones. Velar porque esas aplicaciones no comprometan los derechos ciudadanos es uno de los desafíos de la época moderna.

La tecnología ha permitido un gigantesco aumento de nuestro bienestar. En el Neolítico aprendimos a llevar una vida basada en la agricultura y ganadería que condujo a la vida en comunidades más grandes y prósperas. En la Revolución Industrial inventamos máquinas que simplificaron el penoso trabajo humano. En los últimos tiempos, la llegada de los ordenadores ha traído un cambio en las tareas mentales semejante al cambio que el uso de las máquinas supuso en el trabajo manual.

La tecnología y la economía no están al servicio de unos pocos privilegiados, sino de la humanidad en su conjunto. Hay riqueza y bienestar para todos, incluso aceptando que siempre habrá unos que tengan más que otros.

“¿Heredarán los robots la Tierra? Sí, pero serán nuestros hijos».

En la revista Scientific American (octubre de 1994).

Marvin Minsky (1927-2016), experto en ciencias de la computación, acuñó el término “inteligencia artificial”.