Anunciación.- JOVEN, AC (Joven Agente de Cambio) es un curso desarrollado por el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) en coordinación con el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol). Con éste, se brinda a las y los jóvenes un medio para que su colectivo u Organización de la Sociedad Civil (OSC) se fortalezca. En la modalidad de capacitación a distancia, se impartió la primera teleconferencia Participación social juvenil: voluntariado y su valor ¿cómo incorporar los derechos humanos a proyectos sociales?
Ésta se realizó a fin de explicar qué es la cultura de la participación social de las y los jóvenes, además de cómo se conforma y fortalece. Así como el papel que desempeña el trabajo voluntario en dicha cultura y la forma de incorporar los Derechos Humanos en proyectos sociales juveniles.
Luis Enrique Pérez Reséndiz, investigador del Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM, definió la participación social juvenil no sólo en términos políticos, sino que “puede darse en espacios académicos, cooperativas, organizaciones, entre otras”. Mencionó que las y los jóvenes deciden organizarse para encontrar alternativas a problemáticas sociales, como el escaso acceso a la educación, la precariedad laboral, situaciones de violencia o poca credibilidad en las instituciones.
Estos espacios de participación social juvenil se encuentran en: OSC (70%), colectivos (80%), instituciones educativas (80%), dependencias gubernamentales (30%), partidos políticos (30%), e iniciativa privada (30%). El académico concluyó con que es “necesario reconocer a las y los jóvenes como parte de la ciudadanía para fomentar, pensar y legislar la organización y participación juvenil, pues ésta debe darse en condiciones de equidad frente a sus pares adultos”.
“En este sentido la participación social se traduce en voluntariado, pues las personas que se interesan por su entorno son voluntarias”, refirió Susana Barnetche, presidenta del Consejo Directivo de la Alianza Mexicana de Voluntariado (AMEVOL), indicó que el voluntariado juvenil es importante, ya que este sector poblacional aporta “entusiasmo, fortaleza, vitalidad, capacidad de convocatoria y visión”. No obstante es necesario comprometerse con una causa y adoptar el trabajo voluntario como parte de nuestro diario quehacer.
En su intervención, José Miguel Huerta Pérez, subdirector del área de la Sección Técnica del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), expuso que para poder incorporar el tema de Derechos Humanos (DH) en los proyectos sociales, se debe partir de que estos son “valores, principios y normas universales propios de la dignidad humana, por lo que se refieren a la vida, libertad, seguridad, bienestar social y cualquier otro aspecto ligado al desarrollo integral de la persona”.
La perspectiva de DH son “lentes que nos permiten percibir de manera distinta la realidad, por lo que en su aplicación en los proyectos sociales, el eje central debe ser el respeto a la dignidad de la persona como titular de derechos” además, es vital impulsar proyectos participativos.
A la sección Mejores prácticas de las OSC e innovación social, asistió Astrid Castillo, directora de desarrollo comunitario de la Fundación de Apoyo a la Juventud, IAP, que desde hace 30 años contribuye a la formación de infantes y jóvenes para que se conviertan en ciudadanos participativos, así como en la implementación de programas que coadyuven a mejorar la calidad de vida de personas en situación de vulnerabilidad.
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