Anunciación.- El primer reporte sobre el impacto del impuesto a las bebidas azucaradas en la ciudad de Berkeley, California, muestra una caída en el consumo de estas bebidas de 21 por ciento y un aumento del 63 por ciento en el consumo de agua embotellada y del grifo. El reporte contrasta esta reducción con el incremento en el consumo de estas bebidas de 4 por ciento en el mismo periodo en las ciudades vecinas de San Francisco y Oakland y menciona que solamente se registró un 2 por ciento de compras de estas bebidas por parte de residentes de Berkeley fuera de la jurisdicción de la ciudad.
El estudio publicado en la prestigiada revista científica American Journal of Public Health fue elaborado por investigadores de la Escuela de Salud Pública y el Departamento de Epidemiologia y Bioestadística de la Universidad de California para evaluar el impuesto de un centavo de dólar por onza que se aplica a las bebidas que contienen azúcar añadida, como los refrescos, las bebidas energéticas, deportivas, tés y otras más que contienen este ingrediente agregado.
El éxito logrado en México con el impuesto a las bebidas azucaradas, al haber reducido el consumo de estas bebidas en 6 por ciento en la población en general y de 9 por ciento en las familias de menores ingresos en 2014 y la reducción de un 8 por ciento en el consumo en la población en general en 2015, es reforzado por una pequeña ciudad de California, Berkeley, que ha logrado una disminución mayor con un impuesto más alto y una campaña pública más intensa entre sus habitantes.
“Esperamos una fuerte reacción de la industria refresquera para negar los beneficios de esta medida como lo ha hecho en México, con estudios pagados a modo y con campañas de descrédito en varios medios de comunicación a través de sus agencias de relaciones públicas. Sin embargo, la evidencia no se puede ocultar y se refuerza: el éxito en Berkeley para establecer esta medida fiscal como una exitosa política de salud pública, logrando reducir el consumo de estas bebidas que representan el mayor consumo de azúcares añadidos tanto en la dieta de los mexicanos como entre las minorías hispanas y afroamericanas del sur de los Estados Unidos, confirma esta medida fiscal como un modelo a seguir”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Kristine Madsen, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California y una de las autoras del estudio, declaró: “Las comunidades de menores ingresos sufren las peores consecuencias de la obesidad y la diabetes, la baja en el consumo de estas bebidas es muy alentador”.