Anunciación.- El día de hoy se recuerda en todo el mundo a San Nicolás, también conocido como San Nicolás de Myra (en Oriente, por su lugar de fallecimiento) o San Nicolás de Bari (en Occidente, por el lugar donde fueron trasladados sus restos) fue un obispo que vivió en el siglo IV.

Su nombre significa “Protector y defensor de pueblos”. Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, la gente conseguía por su intercesión favores admirables.

Su fiesta se celebra el 6 de diciembre por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y la historia cuenta que prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de diciembre. Como en alemán se llama “Sankt Nikolaus”, lo empezaron a llamar Santa Claus. Nació en Licia (que se localiza en la actual Turquía), de padres muy ricos. Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: “sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto”.

San Nicolás fue un santo obispo que se preocupaba por los pobres, especialmente por los niños, y se hizo famoso por su caridad y ejemplo pastoral. Sus biografías más antiguas son de algunos siglos posteriores a la época en que se cree que vivió. Se considera que nació en Patara (Asia Menor) alrededor del año 270, y que murió un día 6 de diciembre de un año entre 345 y 352.

Se consagró como sacerdote. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio. Después de visitar la Tierra Santa volvió a Turquía y llegó a la ciudad de Mira donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior había muerto. Encomendaron el asunto a Dios y dijeron: “elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo”. Sin saber esto, en ese momento entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo.

Las antiguas historias de los niños y los regalos dieron lugar en Alemania, Suiza y Holanda a la leyenda del “niño obispo” y sobre todo a la costumbre de que San Nicolás traiga secretamente regalos para los niños el 6 de diciembre, día en que la Iglesia celebra su fiesta. Dicha costumbre fue popularizada en los Estados Unidos por los protestantes holandeses de la ahora Nueva York, que paganizaron al santo católico convirtiéndolo en un mago nórdico llamándolo “Santa Claus”.

Fuente: SIAME