Hacer periodismo implica actuar de manera correcta

10 enero, 2019

Por: Eugenia Islas y Jesús Arizmendi

Foto: Jorge Campos

Foto: Jorge Campos

Al tener como recinto el Foto Museo de Cuatro Caminos, ubicado al poniente de la CDMX, Óscar David Hernández Carranza, presidente del patronato de Fundación para la Promoción del Altruismo IAP señaló que el periodismo es una gran labor, pero también una gran responsabilidad de quien lo ejerce. Lo anterior lo expresó durante la reunión que sostuvo con los becarios de la fundación.

Señaló que hacer periodismo implica actuar de manera correcta con principios, valores, lealtad, y no corromperse, pero lo más importante es crearse una buena reputación y no venderse al mejor postor por querer quedar bien o por hacer favores.

“Los felicito, ya que eligieron una gran profesión, la comunicación o el periodismo es de hombres y mujeres valientes y ustedes ya lo son. Ustedes saben que ambos oficios son peligrosos, sin embargo está en ustedes cambiar el destino de México.

Hernández Carranza, aseguró que desde el patronato de Fundación para la Promoción del Altruismo IAP estamos contentos por contar con grandes jóvenes y apoyarlos con una beca para que continúen con sus estudios y logren sus objetivos.

“Queremos que se formen una ideología a favor de la vida y de lo bueno de ella. Hagan lo correcto y recuerden que nuestra prioridad es acompañarlos hasta que se titulen y sobretodo que dejen huella en sus corazones, concluyó Hernández Carranza.

Foto: Jorge Campos

Foto: Jorge Campos

Gracias al compromiso de la Fundación Pedro Meyer AC, y Foto Museo Cuatro Caminos con la difusión del quehacer fotográfico, los becarios de Fundación para la Promoción del Altruismo IAP recorrieron y disfrutaron del acervo de Pedro Meyer y de la exposición ilegal Graffiti + Street Art que desde el 27 de octubre de 2018 y hasta finales de Enero de 2019 estará en exhibición.

El interés por promover una oferta cultural descentralizada en la Ciudad de México es lo que llevó a la creación del Foto Museo hace casi ya cuatro años, en los cuales se han presentado diversas actividades, exposiciones y, por supuesto: el resguardo del archivo –accesible a todo público con previa requisición- personal del fotógrafo mexicano Pedro Meyer, quien es reconocido a nivel internacional como vocero de la fotografía latinoamericana.

La manifestación del ser a través del signo

Foto: Jorge Campos

Foto: Jorge Campos

En cuando a Ilegal, la exposición actual que recorre la planta baja del museo, ésta busca la develación de todo lo que hay detrás de una de las expresiones de arte más controversiales y disruptivas por naturaleza: el graffiti y su creación naciente bajo el marco de la ilegal. Las paredes enteras se encuentran intervenidas por diversos graffiteros mexicanos que hoy por hoy tienen reconocimiento internacional y continúan yendo por el mundo dándoles algo a las paredes qué decir.

Grafittear es una expresión humana natural que surge de la necesidad inata del humano por manifestarse. Las inscripciones encontradas en muros de edificios datan desde la época del Imperio Romano en la búsqueda de reflejar inconformidad social. A nivel global, toda esta forma de exteriorización tomo fuerza en Nueva York a partir de la década de los 70’s, pero con el fin lúdico de libertad personal. En cuanto a México, las primeras revelaciones fueron expuestas en la época de la Revolución y un poco más tarde con Los panchitos, la pandilla de Tacubaya desde 1978.

Las formas de expresión han mutado desde entonces. Las intervenciones con signos de los canales de Tijuana – que posteriormente se extendieron a Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México, Aguascalientes y Hermosillo- fueron un parteaguas que, de no ser por los fotógrafos de la época y su sensibilidad para detectar a que no se trataba de un vandalismo callejero sino de un movimiento que influiría con impacto social penetrante, no se tendría una historia que contar respecto al grafitti mexicano.

Siler, Bice, Fikor, Ades, Tache, Dye, Zombra, Defek y otros artistas más fueron quienes colaboraron para hacer el recuento de los momentos que ha vivido el graffiti en México. Algunos han dejado de percibirse a sí mismos como meros interventores de canales, paredes, puentes, postes o transportes: se perciben y enuncian como artistas urbanos, mismos que encuentran tan reconocimiento en Parías, Japón y demás países en los que tienen una representación del arte urbano mexicano que reconstruyen el espacio y reinterpretan la forma en que se piensa el mundo.

Gaffiti legal: la transición al muralismo

Foto: Jorge Campos

Foto: Jorge Campos

“Cuando pintaba en los noventa, los crews y el grafiti realmente eran callejeros, agresivos. Te esforzabas por ser un all city a como diera lugar. Ningún medio, marca o galería nos tomaba en cuenta. Los escritores de grafiti éramos honestos con nuestros trabajos, y si no nos parecía, lo dcíamos en nuestra cara y lo arreglábamos a fregadazos si era necesario. En la actualidad, el grafiti vive en las galerías y, del mismo modo, la mayoría de los escritores resuelven sus asuntos bloqueándose entre sí por Messenger o Facebook”.

-YORK, Grafiti DF.

El arte urbano, como expresión del espacio público ha ido evolucionando hasta lo que entendemos en nuestros días: una herramienta de transformación que va más allá de la inmediatez de la intervención con fines recreativos o agresivos como se tenía antes. Ahora se vive el momento en el que el artista toma la responsabilidad de su exposición social y busca denunciar diversas causas que requieren la atención de quien visualiza sus obras. “Los muros hablan cuando las voces callan”, dice la leyenda en el último cuarto de la exposición total del recorrido en el museo en la que las curadoras de Central de muros buscaron que las artistas mexicanas –muy importante reconocer la feminización del movimiento que lo otorga una perspectiva cargada de nuevas formas de percibir los contextos a exhibir-  prepararan la estética de sus mediaciones con miras a exponer objetivos de desarrollo sostenible.

El recuento de la historia de la expresividad se encuentra en las paredes del Foto Museo Cuatro Caminos, mismo que continúa sus trabajos gracias a la Fundación Pedro Meyer, quien está profundamente interesada por ser la plataforma educativa que dote de acceso a los Fotógrafos mexicanos y/o investigadores del impacto visual del cúmulo de historias que existen tras los conceptos que son resguardados por el Archivo de Pedro Meyer.