Cuando no hay mensajes claros y voceros decididos las audiencias se pierden.
Los momentos que atraviesa en este fin de verano la gran audiencia nacional nos llevan de la mano a pensar inevitablemente en una sociedad a la deriva, en una sociedad que se asfixia. No aparece por ningún lado alguien que proponga rumbo claro. Mensajes confusos y negativos – @EmilioLozoyaAus @RafaMarquezMX @julionalvarez – nos sobran.
La audiencia nacional pide hoy a gritos voceros coherentes y proyectos proactivos, líderes que huela a honestidad y a ciudadanía, y si tienen un toque de experiencia, pantalones y algunas canas tanto mejor.
En el proceso de comunicación, lo sabemos de sobra quienes nos dedicamos a esta disciplina, el principio elemental y básico, además de la autenticidad del vocero, es el conocimiento profundo y el respeto por la audiencia, sin el cual ningún vocero logrará emitir mensaje que cale, un mensaje que oxigene.
Con todo respeto me parce injusto y hasta cierto punto conformista para México que el mensaje y el vocero más aceptado al momento sea tan reactivo y antiguo como @lopezobrador_ y su añejo discurso.
Si no hay nada mejor venga entonces Andrés Manuel a gobernar el país. Sin embargo me contrastan ahora esos mensajes que la historia nos ha dejado de voceros más jóvenes, limpios y decididos, profundamente conocedores de su audiencia que lograron encender al pueblo y poner en marcha a la sociedad civil hasta lograr que las cosas cambiaran, el mismo @EmmanuelMacron lo logró no hace mucho.https://www.youtube.com/watch?v=zfpljpn0pC8
Pienso también en esos mensajes empáticos de quienes entendiendo perfectamente el momento y las necesidades de la gente lograron conectarlas con un sueño he hicieron cambiar el rumbo de la historia.
Como no recordar cuando un 28 de agosto del año 1963, ante cientos de miles de norteamericanos y ante el mundo entero, Martín Luther King que logró la abolición del racismo, prometió al mundo que la situación cambiaría y que todos –negros y blancos- terminarían sentados en una misma mesa. https://www.youtube.com/watch?v=bIaTb1dSAjw
“Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!” terminó asegurando ese día Luther King, un vocero auténtico que logro hacer de su sueño una realidad.
Cómo no recordar también aquel 6 de marzo del 94 cuando ante más de 50 mil personas en el monumento a la Revolución, Luis Donaldo Colosio, entonces candidato del PRI a la Presidencia,gritaba y proponía al país entero que había llegado la hora del poder ciudadano, que había llegado la hora de la democracia. https://www.youtube.com/watch?v=1znbnHA8aKs
Es imposible no recordar cómo encendió el ánimo de la gente cuando se comprometía con honestidad a combatir el cacicazgo y cerrar el paso a la inmunidad, cuando aseguraba desde su corazón ver un México con hambre y sed de justicia, de gente agraviada.
Caló tanto su mensaje que 17 días más tarde fue asesinado quien prometía con honestidad un golpe de timón en la política nacional.
El vocero la parte más importante del mensaje porque si este no huele a honestidad, coherencia y compromiso, lo que dice no deja de ser palabra vacía y porque sólo un vocero honesto sabe resolver adecuadamente la ecuación de lo que el pueblo quiere escuchar y de lo que el pueblo debe escuchar. Solo el auténtico vocero sabe de descubrir las necesidades profundas, de las necesidades no siempre demandadas de las audiencias.