FORJA DEL CARÁCTER

27 junio, 2023

El carácter es la capacidad de una persona para asumir un cargo, para desempeñar un trabajo o realizar una determinada responsabilidad. Esta persona depende más de su carácter que de todas las demás condiciones internas y externas por las que se sienta afectado. De ahí que toda educación auténtica, se dirija a formar la personalidad entera.

Lo heredado y adquirido constituyen una trama inextricable.

El destino humano no es automático, sino que es siempre un producto genuinamente libre y personal:

  • Lo heredado es solo un punto de partida, una posibilidad…
  • La enfermedad no afecta jamás el núcleo de la persona, por lo que el carácter no debe ser confundido con el hombre mismo.

El carácter de una persona se revela en sus acciones libres, y este es su estilo original. El carácter es lo específico de un individuo concreto, determinante de su comportamiento o conducta. No es un fruto de la herencia ni del ambiente. Cada quien recibe –con el nacimiento-  un determinado temperamento.

La acción es un signo específico del individuo. Y toda acción genuina representa una toma de decisión del “yo” ante el entorno circundante y encarna en un concreto modo de estar-en-el-mundo.

Un hombre sin carácter quiere cambiar el mundo, pero es incapaz de cambiarse a sí mismo, esforzándose por mejorar.

Toda acción presupone invariablemente un juicio de valor más o menos consiente, pero real.  Yo influyo en el mundo y éste en mí, y en tocar y ser tocado, afectar y ser afectado consiste el estímulo de la acción. Lo cual se regula mediante una escala de valores, cuyo acatamiento presupone acciones libres.

La mayor parte de los caracteres tienen numerosas posibilidades de transformación, de mejorar o de empeorar. Cada uno puede desarrollar ampliamente sus conocimientos, su responsabilidad y   voluntad, y de cada uno depende orientar de un modo u otro sus cualidades fundamentales.

Mi carácter no es lo que yo soy ahora (con mis cualidades y defectos), sino la representación de un movimiento dirigido hacia el futuro. Si sigo así, es lo que yo puedo llegar a ser, mi disponibilidad, mi esperanza intacta: no lo que ya he avanzado y desarrollado. Mi carácter es lo que hay más real en mí, lo que es más auténtico.

Un hombre de carácter demuestra su grandeza por la delicadeza y firmeza con que trata a los demás y afronta la realidad.

“El carácter es aquello que revela la finalidad moral, poniendo de manifiesto la clase de cosas que un hombre prefiere o evita” (Aristóteles).  Las cosas pequeñas revelan mejor que las grandes, el carácter de una persona. Y la vida exige que tengamos buen carácter.

El conocimiento del carácter expresa:

  • El conocimiento de las promesas o potencialidades que en una persona se encuentran, implica vencer la resistencia a la vida del espíritu.
  • Multiplicar los talentos.

“El carácter es un acto, no un dato”. La caracterología coloca al ser humano entre:

  • La proyección a futuro.
  • La responsabilidad personal.
  • Y la libertad personal.