Anunciacion.- De acuerdo con Marta Romano Pardo, científica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), los animales en cautiverio y domésticos pueden enfrentar situaciones de estrés que de no ser resueltas provocan daños en su sistema inmunológico, comportamientos repetitivos patológicos y baja tasa de fertilidad, perjudicial para las especies en peligro de extinción.

“Pueden estar deprimidos, lo que se traduce en que no comen bien, se apartan o se van a un rincón o presentan conductas agresivas, además de conductas patológicas como lamerse una pata o alguna parte del cuerpo todo el tiempo y terminan con lesiones infecciosas en la piel”, explicó la investigadora.

Un aspecto fundamental en estos estudios es la utilización de métodos no invasivos que no impliquen la captura o persecución de los animales, por lo que se analizan las mencionadas hormonas en las heces, saliva u orina.

“La importancia de conocer los niveles de estrés es porque se espera que los animales estén en las mejores condiciones posibles. A veces se tienen en cautiverio con el fin de que los conozca la gente, pero también en los zoológicos permanecen especies que han sido maltratadas, heridas, o que están en peligro de extinción con fines reproductivos y de conservación”.

Los animales como los humanos, expresó, tienen que resolver continuamente situaciones de estrés como una respuesta natural y necesaria para la supervivencia. El problema surge si se presenta por un periodo prolongado y no puede resolverse las causas que lo provocan.

“Es importante la educación del público y que conozcan que al igual que ellos, los animales también se estresan. A los animales les molestan los ruidos muy violentos o que les arrojen comida que no es la habitual lo que puede provocarles daños digestivos. Debemos respetarlos”.