EL TONO HUMANO Y EL BIEN HABLAR

5 mayo, 2022

Autor: Diana Servín Domínguez

Las circunstancias actuales en el flujo de información, nos han llevado a estar más en contacto con las redes sociales digitales. Antes esperábamos el programa de radio, televisión o prensa impresa para enterarnos de los hechos y notas. Sin embargo, actualmente es posible inclusive enterarnos primero de los hechos con un flujo de velocidad inmediato, frecuentemente antes de la emisión de un noticiero o cualquier programa de radio y televisión.

No solo eso, también podemos interactuar de modo expedito ante alguna nota o declaración que leemos en redes sociales digitales.

Dicha capacidad de poder enterarnos e interactuar permite la existencia de dinámicas diferentes que intervienen en la toma de decisiones a nivel país, pues la ciudadanía tiene ahora herramientas para alcanzar a quienes antes no alcanzábamos y así expresar directamente nuestra opinión. Ha sido un factor de empoderamiento digital para la ciudadanía y poder juntar voces para lograr objetivos que antes nunca hubiéramos pensado que fuese posible.

No obstante, es preocupante que el exceso de comunicación también puede llevar a un lado muy delicado. Me refiero al trato con todo tipo de ideología y pensamiento con el que físicamente y ahora, en forma masiva digitalmente hablando, nos podemos enfrentar. Y es que los factores actuales de intolerancia, violencia y agresividad con que algunas sociedades han sido influenciadas por campañas con fines separatistas para hacer posible una mayor manipulación, pueden determinar la forma de manifestar ideas.

Aquí es cuando tenemos que hacer conciencia de la importancia de la inteligencia emocional, ya que, como humanos, la influencia del ambiente externo a nuestra conciencia puede descontrolar o controlar nuestras emociones.

En este sentido, la formación de la inteligencia emocional tiene una vertiente muy importante en la manera y el tono en que interactuamos con los demás, ya sea física y/o digitalmente. Lamentablemente el tono que se ha perdido por los factores anteriormente descritos es el tono que nos da humanidad, EL TONO HUMANO.

El TONO HUMANO debe sugerir AMABILIDAD, CORDIALIDAD, PRUDENCIA... Esto no significa que nos quedemos callados para emitir nuestra opinión, al contrario, siempre hacerlo, pero cuidando la forma, el momento y el fondo con el que la emitimos. Al tratar con TONO HUMANO a los demás es como tomamos control de nosotros mismos, es saber estar. Cuidando nuestras palabras para felicitar, para corregir, para exaltar. En todos sentidos, en todos los escenarios es posible tener un tono humano.

El trato ahora, inclusive para manifestar alegría, felicitación y exaltación, ha caído con palabras que no forzosamente podrían hacer sentir bien a la persona a la que nos estamos dirigiendo, pero nos hemos tenido que “acostumbrar”. No nos acostumbremos, está en nosotros mismos, en nuestra casa, en nuestro círculo social, en nuestro círculo de trabajo, en los canales digitales, cuidar el tono humano que tanto se ha perdido.

Cuidemos nuestras palabras, recuperemos el bien hablar, el bien dirigirnos a alguien, el bien felicitar, el bien corregir… Existe el dicho “más ganas con miel que con hiel”, que tanto nos decían las abuelitas o las mamás.

Efectivamente, así podemos ganar resultados más positivos y sobretodo podemos, con paciencia y esfuerzo, lograr ser personas que den testimonio de “ocasionar” un ambiente de mejor trato a los demás y no ser rehenes de campañas de odio, resentimiento o el uso de palabras altisonantes, aunque sea para manifestar una idea sencilla.

Pensemos qué legado podemos dejar en el trato a los demás, empezando siempre por el TONO HUMANO: hacer más agradable las circunstancias a los demás. Empezar con un “gracias”, un “por favor”, un buen saludo o una agradable despedida puede hacer el momento diferente para los demás…

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#RecuperemosPalabrasAmables