Anunciación.- Las luces en el cielo-Primera Parte. Apenas el pasado 7 de septiembre se registró un sismo a las 23:49 horas de 8.2 de magnitud, con epicentro a 133 kilómetros al suroeste e Pijijiapan, Chiapas. Dejando un saldo de al menos 61 muertos, de acuerdo con el balance dado a conocer por las autoridades. A causa de ese sismo, los estados de Chiapas y Oaxaca fueron los más afectados. Muchas familias perdieron su patrimonio; la ayuda por parte de la sociedad fue inmediata, al parecer se preparaba para un segundo encuentro.
Palacio Municipal de Juchitán, Oaxaca, destruido por el sismo del 7 de Septiembre
Por otra parte, en la Ciudad de México no paso del susto, al día siguiente de lo que más se hablo en la calle y en las redes sociales fue de las “luces en el cielo” y de lo fuerte que se había sentido el movimiento telúrico. Los días transcurrían de manera normal, inclusive la gente ya bromeaba con la experiencia. Las redes estaban inundadas de los videos del sismo.
El sismo de magnitud 8.2 fue el “mayor registrado” en los últimos 100 años, según el gobierno federal. La ciudad no presentó ningún daño, se salvo de lo que parecía un presagio de lo que después sería una tragedia, nadie lo sabía ya que un sismo no se puede predecir, pero si vive presente en el pensamiento de las personas, se alimenta del miedo y el recuerdo, hace temblar a más de uno. Con su furia hace correr a todos, nadie le puede ganar: es insoportable, juega con la mente, involucra todas las emociones.
La segunda cita, más que un mal recuerdo
Martes 19 de Septiembre es una fecha que no se borrara de la mente de México, ese día se conmemoraban 32 años del sismo que sacudió la ciudad en el 85. Aquel día, se había realizado un simulacro a las 11:00 de la mañana. Muchos un par de horas antes no lo habían tomado en serio, lo tomaban como un protocolo sin importancia, pensando que nada pasaría, era evidente que nadie sabía lo que iba a ocurrir después…
13:00 horas
Primera cerrada de Emiliano Zapata, Colonia San Bernabé, Magdalena Contreras
Los perros empezaron a ladrar en toda la colonia de una manera desesperada, iban de un lado para otro, el silencio premonitorio aparentaba una señal bien definida para escapar de la muerte, el designio del sismo del 7 de septiembre parecía estar presente. Una noche antes no pude dormir, aún recuerdo exactamente lo complicado que fue conciliar el sueño. En ese momento ya estaba listo para ir a la escuela, minutos antes estudiaba para el examen que me tocaba en la universidad, cuando de repente empezó a moverse mi cuarto que esta en el tercer piso de la casa, la pesadilla había comenzado…
13:14 horas -El reencuentro
¡Ay wey no ma…. está temblando! ¡No ma…! ¡Sálganse! Fueron las primeras frases inconscientes que el cuerpo propalo al sentir la furia de la tierra: en seguida el cuerpo se paralizo, las pulsaciones del corazón de aceleraron como una maquina de vapor: de manera fugaz cargue a Bruno y Fantasma: dos de las cuatro mascotas que hay en casa, era tanta la furia del movimiento que cuando bajaba las escaleras de mi casa de una forma extraña me regresaba, baje rápido y como pude, en esa transición el tiempo se paro de forma extraña, cuando iba descendiendo solo veía como se caía todo; aunque lo más importante era poder salir al patio de mi casa donde ya se encontraban a salvo mis hermanos. Cuando llegue con ellos recuerdo que solo observábamos como se movían las casas de aún lado, la tierra emitía sonidos como de un cascarón de huevo cuando lo rompes, recuerdo ese sonido y jamás olvidare ese ruido tormentoso, que no dejo de escuchar cada que recuerdo el momento.
Cuando la pesadilla término en mente ya estaban las plegarias para los familiares, el daño estaba hecho, no había forma de comunicarse con la familia, no había señal y la electricidad se fue en la colonia; la única forma de enterarse de saber que había pasado era prender la radio del auto y asimilar lo que había sucedido. Cuándo en el programa de MVS noticias dieron un reporte preliminar que había más de 10 edificios colapsados fue cuando entendimos la magnitud del monstruo; después de un par de horas el conductor dijo que entre los edificios dañados se encontraba una escuela ubicada al sur de la Ciudad de México llamada “Rebsamen”, en ese momento nadie dimensión la gravedad del asunto, o al menos no quería pensar lo peor. Cuando llegaron mis padres a la casa, nos relataron de forma breve su experiencia.
Sin pensarlo, mi padre me dijo a mi y a mi hermano que fuéramos a ver si alguien necesitaba ayuda, cuando salimos pudimos observar que en la calle había varias casas que habían sufrido daños. Algo que tampoco olvidaré es el olor a gas en toda la colonia, nunca había tenido esa sensación de miedo y angustia a la vez. Fue como un pasaje de una película de suspenso.
Cuando regresamos a casa la luz ya se había restablecido, inmediatamente prendimos el televisor y las imágenes eran realmente aterradoras. El miedo y suplicio estaba presente en mi cuerpo. Toda la semana fue triste, un silencio casi infinito se sentía en las calles, la ciudad estaba vacía, una metrópoli que por si sola esta llena de vida y fiesta, se encontraba sufriendo y doliendo por la pérdida de vidas.
Lo que resultó la gran diferencia fue que sin pensarlo jóvenes, niños, adultos y ancianos se volcaron a las calles en busca de ayuda a rescatar una vida. Y vaya que resulto una acción más que precisa. El ¡Si Se Puede! ¡Si Se Puede! jamás había sonado con tanta fuerza, el himno nacional hacia tiempo que no se cantaba con tanto compromiso, las plegarias tenían un mismo fin, la unión de todos sin importar nada fue algo fundamental.
Ahora los “Millennials” tendrán en la mente el “martes negro” y eso tiene que ser un parteaguas para dar identidad, para unificar a los mexicanos y volcarnos no solo en las tragedias, sino también en otros ámbitos. Que no vuelva a la normalidad, que sea verdad esa unificación y ese nacionalismo que se siente en este momento. Por que si todo vuelve a la normalidad de nada servirán todas las cosas buenas que se hicieron.
“Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”- Martin Luther King
A pasado una semana de la pesadilla. La vida tiene que seguir, no se puede parar; lo que es evidente es que tenemos una nueva oportunidad para cambiar, no quiero pensar que en un par de semanas seamos los mismos. Hoy muy temprano cuando leía las noticias en Twitter me encontré con una propuesta que me pareció muy buena: el jugador mundialista Jared Borguetti proponía cambiar el famoso grito de ¡Ehhh, P…! Por algo que nos caracterizó a todos esta semana: ¡Ehhh, Fuerza México! sin duda parece una muy buena idea y aplicarla será cuestión de cada mexicano.
Daños
Hoy 5 de Octubre, la cifra es de 369 personas fallecidas, y muchas familias aún buscan a familiares que se encuentran desaparecidos, las labores de rescate aún siguen en algunos edificios que colapsaron. La vida parece tomar el rumbo que era antes de la catástrofe, aunque no debemos de olvidar que la ayuda no puede parar en las siguientes semanas. México nos necesita los próximos por que un país unido jamás será vencido, aun cuando el regrese, por que él regresara y quizás con mas fuerza, pero estar preparados y unidos será lo único que hará que podamos vencerlo…
Las preguntas que se harán en los próximos días, semanas, meses y años es ¿Por qué hubo tantas irregularidades en las edificaciones dañadas, ¿Por qué no hay un plan de obras eficiente?, ¿Cómo se pudieron evitar las distintas tragedias? etc. Aunque eso solo el tiempo lo responderá, ahora es momento de seguir adelante porque algo que si es evidente es que “El sismo nos unifico”…
Imagen de la Ciudad de México, minutos después del sismo
“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nube”. Khalil Gibran
Nota realizada por Antonio Eduardo Santillán Mora