El panorama del tratamiento infantil contra el VIH: “La incertidumbre de no saber cuándo acabará esto
Fotos: La Casa de la Sal AC
Los estudios realizados por la Clínica para Menores con VIH/Sida de la UNAM, dice que en el país hay más de 7,500 niñas, niños y adolescentes que viven con VIH, un problema que no se debe ser extraño para un país muy contagiado. De acuerdo al Informe Histórico de VIH del 2do Trimestre del 2021, van 6,568 casos nuevos registrados, mientras que el total del 2020 fue de 9,674.
Por si fuera poco, el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (CENSIDA), especifica que el 50 por ciento de las personas recién contagiadas no tienen conocimiento de que son portadores de esta enfermedad.
En entrevista con Ángela Sepúlveda, directora de procuración de fondos de La Casa de la Sal AC platicó el estado en el que se encuentra la institución después de un más de un año de pandemia.
¿Cuál es el panorama de una persona con VIH en este contexto de pandémico?
Una persona que vive con VIH que se encuentra en estos momentos de pandemia por covid-19, en realidad el problema ahí no son las personas que están diagnosticadas y que están dentro de un tratamiento, una persona que se encuentra dentro de un tratamiento antirretroviral tiene las mismas probabilidades que una persona que no tenga VIH.
Sin embargo, aquellas personas que viven con el diagnóstico y aún no lo saben, este si es un grupo vulnerable ante cualquier otra enfermedad, entre ellas covid, porque pues obviamente estamos hablando de personas que tienen el sistema inmunológico deprimido y que no lo saben, que no están en tratamiento y que posiblemente puedan contraer cualquier tipo de enfermedad oportunista como el covid-19.
¿Es lo mismo tener a un niño con VIH que una persona adulta?
En realidad, sí. Aquí lo importante es que, sin importar el rango de edad, las personas que viven con VIH primero sepan su diagnóstico y acudan a un tratamiento antirretroviral.
Lo importante es reducir los riesgos ante cualquier enfermedad, sobre todo ahorita por la pandemia de covid-19, estas son las mismas indicaciones para cualquier tipo de población, si sales ponte cubre bocas, evita salir en reuniones, etc.
¿Cómo han tratado esta situación sanitaria en La Casa de la Sal?
En la parte del albergue que es donde están los niños, ellos ahorita están en confinamiento, no salen, están restringidas las visitas y el personal que está a cargo opera de 24 por 24.
Algunos están haciendo guardias con determinado cambio de tiempo para reducir riesgos. Se hacen valer las medidas de sana distancia, incluidas las de limpieza, aunque obviamente siempre va a existir un riesgo en el momento en el que alguien entra y sale una persona.
Afortunadamente no hemos tenido mayor complicación en este tema. Hemos tratado de evitar que existan contagios dentro del albergue, lo cual ha sido exitoso, sin embargo, el riesgo siempre estará presente no solo en el albergue sino también en toda la parte del centro de atención integral para las personas que viven con VIH que es donde se atiende al resto de la población.
Hemos mudado algunos servicios de la parte presencial a la parte virtual, sin embargo, no hemos podido llegar a toda la población que quisiéramos. Estamos en el modo virtual con las terapias psicológicas, los grupos de auto apoyo, los y los talleres de prevención, el problema aquí es que la población de escasos recursos no tienen acceso a estas plataformas.
Aparte de las medidas sanitarias hoy normalizadas ¿Que ha cambiado en su trabajo?
El uso de la tecnología para poder acercarnos a más personas, sin embargo, yo creo que las organizaciones de la sociedad civil hemos tenido que reinventarnos en todo.
Estamos llegando a personas que día a día quizás no podríamos haber imaginado tener cerca. Si bien se ha reducido el apoyo a esta población que está tan vulnerable, aquellas que no tienen acceso a toda esta tecnología. Se ha abierto un campo en el que teníamos presencia, pero no de esta manera, es decir que hemos llegado a la gente que vive fuera de la ciudad de México, incluso a otros países; lo cual es muy bueno porque se conoce nuestra labor, pero también se benefician de ella.
¿Qué ha sido Lo más complicado para elaborar en este en este contexto pandémico?
Lo más complicado ha sido la situación económica del país. Ahorita el último pensamiento que tienen las personas es donar o contribuir a una causa que no fuera covid.
La situación económica nos a afectado mucho, los donativos cada vez son menos, hay muy pocos recursos para las organizaciones y pues obviamente eso tiene impacto con nosotros.
¿Dejaron de trabajar en el cierre total del semáforo rojo del año pasado?
Las actividades presenciales se detuvieron, sin embargo, La Casa de la Sal no ha dejado de trabajar ni un solo día.
Fuimos de las primeras organizaciones de las que se mudaron todo a una plataforma digital. Todos nuestros eventos se cambiaron a este modo y hemos tratado de buscar la forma de llegar a la gente; hicimos todo un proyecto para poder entregar las despensas, las dimos en los hogares de las personas, en un principio también buscamos puntos de entrega para los que no se podían desplazar.
Nuestras estrategias nos ayudaron a poder continuar cerca de las personas que más lo necesitan.
¿Cuáles son sus prioridades en este momento después de más de un año de pandemia?
1. Son los niños.
2. Las mujeres que viven situación de violencia.
3. Las mujeres embarazadas que viven con VIH
4. Testeo
El tema del testeo es muy importante, hacer las pruebas rápidas de detección de VIH no puede frenar, hoy por hoy es lo que nos ayuda a saber el estado serológico de las personas, con eso pueden ingresar a un tratamiento antirretroviral para que se pueda reducir el riesgo de poder desarrollar una infección a una fase de sida.
¿Cuál es el estado del testeo que ha percibido la Casa de la Sal?
No es que haya bajado la cantidad de personas contagiadas, la gente sigue teniendo relaciones de riesgo.
A pesar de la pandemia y del confinamiento, hay nuevas formas de situaciones de riesgo y las plataformas digitales se suman a estas prácticas. Muchas veces una persona que se encuentre en confinamiento y que tiene tanto tiempo sin tener relaciones sexuales: entra a estas plataformas, tiene un encuentro sexual, este no solamente está el riesgo de la transmisión del covid, sino también de una ETS, entre ellas el VIH.
Los casos en aumento considerable son de sífilis y el VIH no ha dejado de transmitirse, yo creo que ha cambiado un poco la forma en la que las personas nos relacionamos y por ello las mismas situaciones de riesgo también.
El problema es que no se ha hecho la detección necesaria dentro de la ciudad y en la República para poder conocer cuál es el estado serológico de las personas. Las metas globales que se tenían pensadas para el 2020 pues no fueron posibles, se trasladaron al 2030 dónde se busca ponerle fin a la epidemia del sida.
¿Cuál es el rango de edad con más infectados?
Las estadísticas que nos manda CENSIDA, que son los datos por las que nos apoyamos todas las organizaciones de la sociedad civil, los infectados más recurrentes están en un rango de entre 18 y 30 años.
¿Cómo les han explicado a los niños que están en el albergue que el covid es muy peligroso?
Es el día a día de todos, los niños al estar en casa y tomar clases a través de una plataforma digital, te está hablando de que algo sucede en el exterior. Todos los niños del albergue cuentan con un acompañamiento psicológico y con especialistas que están enfocados a su salud mental.
Los niños se encuentran en sistemas de protección, es decir que están en un albergue, esto ayuda mucho, pero es un duelo para ellos el estar dentro del albergue, no estar con sus familias y el vivir con VIH.
El plus que tienen ellos es que a su familia le damos despensa básica y el acompañamiento psicológico que hace diferencia del resto de la población. Un niño que está con nosotros está más resguardado en el tema de la salud mental y en el tema de la salud física que cualquier otra persona.
¿Cuál ha sido la percepción de los niños frente a esta pandemia? ¿Qué dicen? ¿Qué les comentan?
Son varias situaciones: la incertidumbre de no saber cuándo acabara esto, la incertidumbre de qué va a pasar con ellos en el albergue. Tenemos muchos adolescentes que están punto de salir. Su egreso de la institución no se ha podido dar por las condiciones de pandemia porque no podemos reinsertarlos a la sociedad en estas condiciones.
Creo que hay sentimientos encontrados, por un lado, el que “todavía no me voy, estoy en un lugar seguro, todavía no tengo la responsabilidad de salir al mundo y valerme por mí mismo”, pero por otro lado, también está el hartazgo de estar encerrados, de no poder ni siquiera ir al parque, de no saber cuándo vas a poder volver a salir o ver a la gente que quieres.
¿Han tenido casos de violencia en el albergue?
En el albergue todo está muy controlado, el tema de la violencia es parte de lo que se inculca dentro de los valores institucionales y los niños no están ajenos a ellos, sin embargo, pues lo que sí hemos detectado es que el aumento de la violencia está sobre todo en las mujeres.
Fuera del contexto del albergue, cuando hacemos testeos de mujeres que van a hacerse una prueba es porqué tienen sospechas de que su marido es infiel, aunque no sean golpes, es una forma de violentar a una persona, situaciones en las que las mujeres están siendo violentadas de manera psicológica o económicamente.
Si pudieran tener los recursos suficientes para mejorar sus actividades ¿En dónde pondrían sus prioridades?
Hace falta replicar nuestro modelo de atención en diferentes poblaciones, poder tener un mayor alcance, lo hemos tratado de hacer a través de voluntarios y replicadores en el Estado de México, por ejemplo:
Hay un alto índice no solamente de violencia sino también de VIH, o en aquellas poblaciones en las que los programas sociales que no alcanza la gente, son aquellas poblaciones que se encuentran fuera de la zona metropolitana.
Entonces creo que hacer un proyecto de un modelo de atención similar a La Casa de la Sal en otras poblaciones en el interior de la República sería una utopía poder estar presente en todos lados, pero obviamente por temas de recursos, no se puede ayudar, hace falta mucho todavía para solucionar esto.
¿Cuál será la nueva normalidad de la Casa de la Sal?
La pandemia no se va a ir, llegó para quedarse. Hemos tenido que aprender a trabajar con ella.
Vamos a empezar a recibir de manera paulatina a las personas, aunque ya hay programas que ya están en modo presencial dentro de la sede en Iztapalapa, ahí ya se está operando de manera presencial.
También se va a tener que hacer eso en la parte de las oficinas del centro de atención integral para personas con VIH, que, aunque si se hacen testeos, también se están haciendo jornadas de atención en la calle.
En algún momento vamos a tener que regresar a la normalidad, de manera paulatina se tendrá que hacer para poder tener a la gente que trabaja y para la gente que acude para que sea lo más sano posible.
Y el dolor que se vive día a día por la pandemia de COVID-19, que pareciera que ya había acabado porque la gente de pronto empezó a salir y hacer todo normal, en estas nuevas olas de contagios nos hemos damos cuenta de que esto no va a terminar y que lo único que nos puede mantener seguros es seguir las medidas de protección que se tomen para enfrentar la pandemia.
¿Cuál será su estructura de trabajo?
Se basa en un sistema híbrido, como en las escuelas, una parte digital para no dejar la población que se ha captado y que está fuera de nuestro alcance; de manera presencial todas aquellas personas que necesiten la atención, que son muchas.
Actualmente La casa de la Sal se encuentra en una recolecta de donativos. En un mensaje en video subido a las redes sociales y sitio web, la directora general, Martha O. Medina Zebadúa menciona que la institución necesita ayuda para poder seguir con el tratamiento de niñas, niños, adolescentes y demás personas que necesitan atenderse contra VIH.
A continuación te dejamos la liga para ayudar a la causa: https://www.casadelasal.org.mx/ayuda