EL MITO DEL “CHE” GUEVARA
Por: Raúl Espinoza Aguilera
Pocos personajes en la historia contemporánea han sido tan manipulados ante la opinión pública como la vida del guerrillero cubano-argentino, Comandante Ernesto “Che” Guevara (1928-1967). Su famosa fotografía tomada por Alberto Korda con su boina, cabellos largos y barba desaliñada ha dado la vuelta al mundo. Y se ha reproducido en chamarras y playeras juveniles, pancartas, mantas, posters y suelen aparecer casi en cualquier manifestación de protesta o reclamos populares. Se le tiene considerado como a un libertador, un héroe, un idealista que luchó por la justicia social.
Con un poco de análisis e investigación, fácilmente se deduce que se ha falseado su biografía. Así lo exponen libros como: “La cara oculta del Che” de Jacobo Machover; “Máquina de matar” de Nicolás Márquez; “Las últimas horas del Che” de Juan José Benítez. También en www.youtube.com existen un buen número de testimonios de personas que lo conocieron o trataron.
En 1956, junto con Fidel Castro (1926-2016), su hermano Raúl y otros revolucionarios desembarcaron en la isla. Se cuenta que el “Che” alcanzó popularidad por sus actos de audacia en los combates que se libraron lo mismo que Camilo Cienfuegos, Juan Almeida, Huber Matos y otros más. El primero de enero de 1959 los rebeldes lograron derrocar al dictador Fulgencio Batista.
Pero pronto el “Che” comenzó a tener serias diferencias con Fidel Castro sobre el modo de gobernar. Por ejemplo, en la crisis de los misiles de octubre de 1962 entre Cuba y la U.R.S.S. contra Estados Unidos era partidario de que estallara una guerra nuclear.
Nunca estuvo de acuerdo en que Castro apoyará la política de los rusos en su relación con la Unión Americana en la famosa “Coexistencia Pacífica” para evitar tener conflagraciones durante “La Guerra Fría”. También estaba convencido de que en Rusia se había pervertido el auténtico sentido del Comunismo y, en su particular opinión, un correcto enfoque debería de ser imitar el Comunismo de Mao Tse-Tung o el Maoísmo, con una línea más radical y extremista.
La década de los años sesenta en la historia de Cuba ha sido, sin duda, la más sangrienta. El “Che” tuvo un papel protagónico para realizar crímenes a sangre fría y sin juicio previo, fusilamientos, encarcelamientos, confiscaciones de bienes materiales, robos, abusos, exilio forzoso a políticos y figuras relevantes lo mismo que a sacerdotes y religiosos,
El “Che” puso en marcha varios campos de trabajos forzados (o de concentración) en los que se encerraron a los homosexuales, a cualquier persona que se sospechara que no era confiable para el régimen, a sacerdotes, etc. A muchos se les torturó y asesinó. Alguna vez el “Che” declaró que para ser un verdadero revolucionario no había que tener compasión sino ser “una máquina de matar”.
Algunos biógrafos suyos aseguran que personalmente mató a más de 500 personas. Por ello es que sus estudiosos lo consideran como un desequilibrado mental, sumamente violento, agresivo, prepotente, que no admitía que nadie le llevara la contraría o quisiera dialogar sobre un asunto determinado. Su voluntad se imponía siempre sobre la de los demás, menos con la de Fidel Castro.
Por otra parte, su desempeño en el Banco Nacional, el Instituto de la Reforma Agraria y el Ministerio de la Industria llevaron a la economía cubana a un completo fracaso. Pero el “Che” nunca reconoció sus errores políticos ni económicos.
Se comenta que los ataques del “Che” a Rusia eran tan frecuentes y enardecidos que dirigentes del Kremlin conversaron privadamente con Fidel para exponerle que, si continuaban esos ataques, la U. R. S. S. dejaría de brindar toda ayuda económica, política y militar a la isla. Y que pensara en el modo de deshacerse de él.
Fue entonces cuando Fidel convenció al “Che” de exportar la revolución marxista al África, concretamente al Congo. Pero al poco tiempo, esas fuerzas guerrilleras fracasaron. Posteriormente, Castro envió al “Che” a emprender la revolución en Bolivia con destino final en dar un golpe de estado en Argentina, la patria del “Che”. Y esto le animó a realizar esta aventura.
Ya en la selva boliviana, el “Che” se dio cuenta que el servicio de inteligencia cubano le había proporcionado planos falsos y que no le llegaron ni las armas ni los alimentos prometidos. Fue entonces cuando el Comandante Guevara comenzó a sospechar que en realidad se trataba de una traición.
Finalmente existen versiones muy encontradas sobre quienes ejecutaron al “Che” en medio de la selva en 1967. Unos aseguran que fueron agentes de la CIA, otros sostienen que el propio Fidel lo mandó ejecutar o que fue el ejército boliviano.
El hecho es que el icono o la imagen pública que se ha creado en torno a Ernesto “Che” Guevara nada tiene que ver con la realidad. Más bien, han sido los grupos de la izquierda internacional quienes lo han tomado como estandarte o modelo para impulsar la lucha de clases en muchos países mediante la violencia y las armas.