El IIG renueva proyecto de vida de niños, adolescentes y jóvenes

15 marzo, 2023

Autor: Carlos Hernández Huerta

Fotos: Internado Infantil Guadalupano AC.

Uno de los problemas sociales que atañen a la población en México es el rezago social que tiene el sector infantil. Que ha sido constante a lo largo de las décadas. En 1954, el Hermano Miguel Cacho Villa fundó el Internado Infantil Guadalupano, con la primera misión de ayudar a cinco adolescentes provenientes del tribunal de menores.

 

La labor en el Internado ha ido evolucionando, y hoy, después de 69 años de trabajo, la organización atiende a niños, adolescentes y jóvenes que no cuenten con la calidad de vida digna que merecen.

 

Las desventajas educativas, sociales y de salud son los principales ejes de acción en la institución, al brindar los requerimientos para que las necesidades básicas de cada beneficiario estén plenamente cubiertas.

 

El Hermano Gerson Alejandro Padua Díaz, director general del Internado Infantil Guadalupano, en entrevista para Somos Hermanos, comparte el panorama que representa este sector de la sociedad y cómo su quehacer interviene con base en un modelo de atención integral para el soporte adecuado de los chicos.

 

“Dentro de los contextos familiares y sociales, la vulnerabilidad y el riesgo representan una posibilidad de que los niños puedan sufrir violencia y abuso, e incluso se puedan desarrollar ciertas prácticas en el mismo núcleo familiar o en el vecindario. Es por ello que de acuerdo al perfil que nosotros atendemos, nuestro modelo de atención se enfoca en brindarles las herramientas para que se renueve su proyecto de vida.

 

Que todas estas situaciones se vean revertidas y tengan un horizonte nuevo de la mano del equipo de profesionales y colaboradores en el internado.”

 

El proceso de admisión de los chicos en el internado inicia con el rango de edad, de 8 a 12 años. Cada beneficiario puede ingresar a la institución por medio de dos caminos. El primero directo del núcleo familiar, ya sean padres o tutores legales solicita al internado el ingreso del pequeño.

 

La segunda vía corresponde de parte de las autoridades, los sistemas DIF de la CDMX y municipios del estado de Morelos solicitan que revisen uno de los casos para su ingreso. Por medio de dos entrevistas, el comité de la organización realiza un consenso para discutir cada caso y analizar, con el fin de cubrir todos los parámetros que el internado atiende.

 

Posterior a la aceptación del chico, la institución se hace cargo durante su educación básica, lo cual llega hasta nivel preparatoria, sin embargo, también lo pueden acompañar hasta que inicie su primer año de universidad.

 

Para su educación primaria, el internado cuenta con aulas para que los chicos puedan tomar sus clases dentro de las instalaciones.

 

Actualmente el internado atiende a 72 chicos en las instalaciones y 5 jóvenes cuentan con el acompañamiento fuera del recinto que están cursando el nivel medio superior o superior.

 

Tanto la secundaria como la preparatoria, los chicos toman sus clases fuera de la institución. Para este tema, el modelo de intervención incluye un sentido de pertenencia en los niños de 8 a 12 años, para que, cuando sea tiempo de salir de la residencia e ir a la escuela, regresen al internado porque para ese momento, más que un internado, es su hogar al que vuelven.

 

La formación de habilidades laborales es un eje de atención para los muchachos de secundaria donde se imparten talleres de oficios, para que poco a poco se vayan involucrando en las manualidades con lecciones de panadería, serigrafía, mecánica, mantenimiento en soldadura y plomería y computación.

 

Aunado a ello, la inspiración católica está presente en los chicos como el eje transversal de la atención del internado. La salud y alimentación son puntos de intervención vital con el objetivo de que cada chico tenga los nutrientes y servicios de salud necesarios en su vida.

 

Los complementos a este enfoque son las actividades físicas y también la atención psicológica para cada niño, joven y adolescente para que tenga un acompañamiento profesional. De igual forma, se resalta la importancia de los derechos humanos y la equidad de género, con actividades y talleres de prevención a la violencia en la institución.

 

Con 69 años de labor humanista, el Instituto ya tiene en mira el aniversario platino número 70. “Estos setenta años representan la confianza que diversas instituciones y aliados han tenido hacia el internado. Seguimos celebrando con los eventos institucionales cotidianos y más este año que hemos podido regresar a realizarlos después de dos años interrumpidos.”

 

Con estas palabras el director del internado Gerson Padua hace énfasis en la responsabilidad de cumplir siete décadas y de la confianza que conlleva seguir con la labor.

 

Para el Hno. Gerson es importante que como seres humanos “tengamos sensibilidad, porque todos hemos sufrido en momentos difíciles y en esas situaciones añoramos por una mano que nos ayude.

 

Siendo niños, las cosas se complican, imaginen esta problemática con la niñez en México. Creo que como seres humanos hay que darse la oportunidad de acercarse a este tipo de organizaciones para conocer la labor y también colaborar en cualquier modo posible.

 

Siempre hay algo en lo que podemos aportar. Hay muchas causas a las que nos podemos acercar e involucrarnos para estar en contacto con estas realidades que nos aquejan como seres humanos” concluyó.