Anunciación.- Reintegra es una Asociación Civil que trabaja en favor de la justicia social, equidad de oportunidad y derechos para los jóvenes en conflicto con la ley o en situación de riesgo. Tiene como misión prevenir el delito y reintegrar a la sociedad a quienes experimentan conflictos penales, fortaleciendo sus capacidades y concretando un proyecto positivo de vida, siendo un referente en la opinión pública nacional e internacional en la prevención del delito a través de la reinserción social.
Una de las preocupaciones constantes de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) dedicadas a combatir la reincidencia delictiva a través de la reinserción social de los jóvenes en nuestro país, como lo es Fundación Reintegra, es lograr que las autoridades y la sociedad civil conozcan la importancia de trabajar con los jóvenes en libertad y no en encierro.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), señalan que entre 2011 y 2014 ingresaron en promedio un poco más de 11 mil jóvenes a estos centros, de los cuales, también en promedio, un poco más del 10 por ciento eran adolescentes reincidentes, o sea, ya habían sido sentenciados y beneficiados de las medidas individualizadas para asegurar su reintegración social.
“El daño que se le genera a un adolescente al privarlo de la libertad es enorme y pone incluso en riesgo su proceso de reinserción ya que es la etapa de la vida en la que aprendemos a relacionarnos en sociedad. El gran reto es pensar en justicia y no en castigo”, dijo Jimena Cándano, directora general de Reintegra AC.
Desde hace más de 30 años Reintegra, además de brindar asesoría jurídica y defensa legal, se dedica a trabajar la reinserción social, la prevención del delito, y la educación en la cultura de la paz, a través de modelos que han probado su eficacia. En su área de investigación estudian el fenómeno de las violencias, el delito y la reincidencia.
A partir de un análisis, realizado por varias OSC´s, se evidencia la necesidad de diseñar un programa que permita una intervención individualizada, específica y especializada, que de forma integral y multidisciplinaria, brinde apoyo al joven y su círculo familiar, a través de todas las áreas del desarrollo del adolescente, por medio de actividades formativas, educativas, culturales, lúdicas y recreativas, de capacitación laboral, cultura comunitaria, así como espacios en donde se promueva el cuidado de la salud física y mental.
“Lo anterior es lo que se está solicitando al Gobierno Federal y a los Gobiernos locales el poder colaborar en la formación de este modelo para asegurar que todos los adolescentes que se encuentren cumpliendo medidas tengan la mejor de las posibilidades. De esta forma logrando implementar de la mejor manera posible la nueva Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, puesta en vigor en junio del 2016, reiteró Jimena Cándano.
Cabe destacar que Reintegra, es la única organización autorizada por el Gobierno de la Ciudad de México y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México para dar cumplimiento integral a las medidas impuestas a los adolescentes en conflicto con la ley, ha logrado un 96 por ciento de efectividad en la reinserción de jóvenes, por medio del desarrollo de un modelo que ha desarrollado y probado a lo largo de más de 24 años.
“Cada vez que perdemos a uno de estos jóvenes lo perdemos como sociedad y como país. Por eso, sociedad civil, gobierno y empresas debemos trabajar de la mano para lograrlo. En Reintegra, sabemos que es posible pues el 96% de los jóvenes que cumplen su medida en la fundación, no reincide y desarrolla sus capacidades y habilidades, permitiéndole aprovechar oportunidades que antes no había visto o no se le había brindado”, indica de la fundación.
Reintegra busca dar a conocer la importancia de contar con un sistema de justicia especial para los adolescentes, en este se debe cuidar la detención, el proceso judicial y el cumplimento de la medida. Debe ser un sistema enfocado a reeducar al adolescente de forma pedagógica para que no reincida más adelante y pueda retomar su vida. Es por eso que en el caso de los adolescentes los estándares internacionales dictan que la privación de la libertad debe ser el último recurso y por el menor tiempo posible. De esta forma se evita que el adolescente escale en la cadena delictiva.