Anunciación.- De acuerdo con una proyección estimada del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), entre el 8 y el 12 por ciento de las parejas de todo el mundo, tendrán problemas para concebir en algún momento de su vida reproductiva para el 2015. “El impacto de la infertilidad en la vida social y en la relación de pareja, puede generar angustia, temor y mucho estrés en las personas que lo viven. Son estos mismos factores los que hacen que la pareja tome decisiones poco reflexivas que las llevan a pensar en las técnicas asistidas de reproducción mucho antes de tener un diagnóstico preciso del problema y de haber agotado todas las opciones terapéuticas alternas”, comentó Joaquín Ruiz, especialista de Think Action Development (TAD) en salud reproductiva a través del Creighton Model FertilityCare Sistem NaProtecnology.
La infertilidad es una problemática social que repercute en la dimensión física, psíquica, afectiva y relacional del hombre o la mujer que la  padece. Suele definirse como la incapacidad para concebir, tras un año de tener relaciones sexuales sin el uso de ningún método que impida el embarazo.
Las causas que la generan son multifactoriales y van desde conductas, hábitos y/o patologías específicas, hasta la cada vez más frecuente postergación de la maternidad de la mujer en aras de su desarrollo profesional. La realidad es que la investigación sobre la biomedicina de la infertilidad, diagnosticando e interviniendo sus causas, ha avanzado muy poco en relación con otras especialidades médicas.
Por eso es muy importante que la pareja, antes de tomar la decisión de someterse a algún tratamiento invasivo para lograr un embarazo, se realice los estudios pertinentes para obtener un diagnóstico preciso de las causas que generan en su cuerpo la imposibilidad de procrear. “Lo primero que debe haber es un diálogo profundo, no sólo entre la pareja, sino con el médico tratante, una plática en donde se considere también la ansiedad, angustia e inseguridad que esta situación podría provocar. Posteriormente se deben realizar todos los exámenes instrumentales necesarios que lleven a la precisión del diagnóstico, pues se dan casos en los que el embarazo no se logra porque existe alguna patología (ovarios poliquísticos, endometriosis, amenorrea) que con el tratamiento adecuado se puede corregir y ayudar a la pareja a conseguir el embarazo sin poner en riesgo su salud y la del futuro bebé. Con el cuidado y tratamiento adecuado, embarazarse puede ser más fácil de lo que se piensa.”