Anunciación.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) como resultado del primer Encuentro bi-anual Tex-Mex, emitió un comunicado en el que resume 19 puntos sobre la situación actual de los migrantes entre México y Estados Unidos.
Las reuniones entre el estado de Texas y México se han realizado desde 1986, teniendo como tema principal “la vida y realidad” de los migrantes.
En el momento actual los migrantes viven un momento de tensión ante las amenazas del gobierno americano. La CEM explica que así como Jesus, María y José fueron inmigrantes y refugiados, los católicos deben ayudar a estas personas en este especial momento de la historia actual, “Jesús, María y José como inmigrantes y refugiados, buscaron un lugar para vivir y trabajar, esperando una respuesta de compasión humana. Hoy, esta historia se repite, esta mañana visitamos centros de detención, y lugares de atención, particularmente a madres, adolescentes y niños migrantes. Este tipo de centros, son descritos como lugares que reflejan condiciones intolerables e inhumanas. Donde constatamos la exigencia evangélica: “Porque fui forastero y me recibiste, tuve hambre y me diste de comer” (Mt 25,35-36).”
La CEM a través de los años han visto el sufrimiento de los migrantes causado por el sistema migratorio roto, “a través de los años, hemos visto de primera mano el sufrimiento causado por un sistema de inmigración roto, causado por las condiciones estructurales políticas y económicas, que generan amenazas, deportaciones, impunidad y violencia extrema. Esta situación acontece tanto en relación entre Centroamérica y México, como entre EU y México.”
Han visto que los migrantes sufren de explotación en el trabajo, viven amenazas constantes y la angustia constante de ser separados de sus familiares y amigos, “esta realidad está siendo hoy muy marcada, ante las medidas que las autoridades civiles están tomando, pues palpamos el dolor de la separación de las familias, pérdida de trabajo, persecuciones, discriminación, expresiones de racismo, deportaciones innecesarias, que paralizan el desarrollo de las personas en nuestras sociedades y el desarrollo de nuestras naciones, dejándolas en el vacío y sin esperanza.”
La CEM reconoce que la migración es un fenómeno que se da a nivel mundial, “la inmigración es un fenómeno global de condiciones económicas y sociales, de pobreza e inseguridad, causando directamente el desplazamiento de poblaciones enteras, de familias que se sienten sin otras opciones para sobrevivir. El migrante tiene derecho a ser respetado por el derecho internacional y por cada país. Porque muchas veces, se encuentra entre la espada y la pared, ante la violencia, la criminalidad, las políticas inhumanas de gobiernos, y la indiferencia del mundo.”
Los Obispos de México hacen hincapié en la necesidad de la adopción de políticas públicas que respeten los derechos humanos básicos de los migrantes que transitan por ambos países.
Además reiteraron su compromiso como “puentes entre pueblos”, siguiendo las enseñanzas del Papa Francisco, “nuestro encuentro es ya una clara manifestación de alegría, y signo de profunda esperanza. La cruz que se ha colocado, en la frontera, entre las ciudades del Paso y Cd. Juárez, recordando la visita del Papa Francisco en febrero del 2016, es un signo de encuentro, unidad y fraternidad.”
Como Iglesia, los obispos de ambos países están comprometidos a dar acompañamiento y seguimiento a las diversas situaciones que viven los migrantes día con día, “asegurándonos que en la Iglesia nadie debe sentirse extranjero, las familias de migrantes deben encontrar siempre en cada Iglesia, su hogar y su Patria (JPII).”
Los Obispos mexicanos continuarán ofreciendo un servicio de “calidad a los migrantes, que implica lo espiritual, lo legal, la asistencia material, y familiar.”
Además se continuará con el trabajo en conjunto con las organizaciones laicas que apoyan a los migrantes, “pero, aún con estos esfuerzos, no podemos dejar a un lado lo que nos sostiene, que es la oración, y la presencia tan significativa de nuestra madre, nuestra señora de Guadalupe, que ha acompañado al migrante y a nuestros Pueblos desde 1531 hasta nuestros días. “Que no estoy yo acaso aquí que soy tu madre”.”
Para terminar el comunicado invitan a todas las persona parte de la iglesia católica a unir esfuerzos en accione y oración por los migrantes.
Fuente: CEM
Comunicado completo: http://www.cem.org.mx/contenido/948-el-clamor-de-cristo-en-el%20migrante%20nos%20urge.html
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