Anunciación.- En septiembre, el mes en que celebramos el orgullo de ser mexicanos. A raíz de los acontecimientos que han sido noticia en la primera mitad del año: los discursos anti México, la insistencia de la construcción de un muro fronterizo y la anulación del plan DACA por la Administración de Donald Trump, se ha observado, casi de manera imperceptible y quizá imprevisible, el renacimiento de un orgullo por la identidad nacional y en especial, por las raíces indígenas de los pueblos originarios que son cultura viva a lo largo del territorio nacional.
En este último año, los mexicanos que hablan alguna lengua nativa y se reconocen también como indígenas han aumentado sensiblemente. Entre ellos, uno de cada siete no habla español. Y es que México no sólo es mestizo, sino que en los pilares de la construcción de la identidad nacional permanece el orgullo por ser indígena puro.
Aun así, el desarrollo de los pueblos originarios tiene todavía cuentas pendientes de cara al gran reto reto de combatir la desigualdad de oportunidades en que viven. Este hecho ha movilizado la conciencia de la sociedad civil, constituyéndose como baluarte en la innovación para el desarrollo social integral de los indígenas. Muestra de ello es el trabajo realizado por Fundación Pro Zona Mazahua, I.A.P. cuyo modelo de intervención social ya se reproduce en 7 estados de la república.
Fundación por Zona Mazahua, I.A.P. fue constituida en el año 2003, ante la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), aunque ya contaba con experiencia de trabajo comunitario desde 1997. Actualmente desarrolla su modelo social en 39 de las 41 comunidades indígenas de San Felipe del Progreso, en el Estado de México.
El objetivo de Fundación Pro Zona Mazahua, I.A.P es ampliar las capacidades de los pueblos originarios de México para su desarrollo integral sustentable en las dimensiones físico – ambiental, social-humana, económica-productiva y cívico-cultural y actualmente es una institución con un amplio reconocimiento a nivel nacional e internacional, por haber contribuido significativamente a elevar la calidad de vida de los pueblos originarios de México.
Sustancialmente, su modelo social está enfocado en una apuesta por el desarrollo local con una visión regional en donde se liga identidad, territorio y cultura como condiciones para generar desarrollo. De la mano de alianzas estratégicas con los distintos actores de la sociedad mexicana público, privado, social, académico e internacional, se ha construido un modelo multidimensional para combatir los problemas de pobreza extrema y generar desarrollo integral sustentable.
Gracias a estas acciones se ha transformado la realidad de cercade10,000 familiasindígenas que han dejado la pobreza extrema atrás y hoy son actores de su propio desarrollo. El impacto logrado es posible medirlo con los indicadores de pobreza multidimensional, teniendo importantes avances en rezago educativo, acceso a la alimentación, servicios básicos, vivienda, salud y bienestar económico, así como la migración y el abandono del campo, las costumbres e idiosincrasia.