Anunciación.- La Conferencia del Episcopado Mexicano
“El 10 de mayo celebramos el Día de la Madre, ocasión propicia para dar gracias a Dios por el don incomparable de la maternidad, y para agradecer a cada mamá por lo mucho que significa para nosotros y para la humanidad, ya que la vida, supervivencia y desarrollo de los hombres y mujeres depende de las madres.
Es tan grande el amor de una madre que el propio Dios, al revelar en el Antiguo Testamento su esencia, que es su misericordia, utiliza especialmente la palabra hebrea rahamim, cuya raíz, rehem, significa regazo materno. Es más, Él mismo, al hacerse Hombre, quiso nacer “de una Mujer” .
La Palabra de Dios nos recuerda el deber de honrar a la madre, lo que implica amarla, valorarla, respetarla, cuidarla, obedecerla y ayudarla siempre, especialmente en la enfermedad, la necesidad y la ancianidad. Escuchando la voz de Dios, esforcémonos todos por hacer de nuestra familia y de nuestra sociedad lugares en los que se valore, respete, promueva y defienda la maternidad y el don de la vida humana.Y si nuestra madre ha partido de este mundo al cielo, tengamos presente que los lazos de amor que nos unieron a ella en esta tierra no se extinguen con la muerte. Oremos por mamá para que Dios le dé el descanso eterno, con la seguridad de que también ella pide al Creador por nosotros.¡Muchas felicidades a las mamás, y que Dios les conceda, por intercesión de su Madre Santísima, todas sus bendiciones!Por los Obispos de México”.
+José Francisco, Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la CEM
+Eugenio Andrés Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de México
Secretario General de la CEM
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