Anunciación.- Gerardo Cruz, del
Por lo anterior el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana en su 30 aniversario, llevó a cabo la conferencia de “Migración y Derechos Humanos” con el objetivo de reflexionar sobre la condiciones del migrante, su vulnerabilidad y la violación de sus derechos fundamentales en México y el mundo.
José Luis Manzo Ramírez, de Casa del migrante Saltillo, habló sobre la estancia regular en México y sus dificultades; afirmó que los conflictos a los que se enfrentan las personas migrantes durante una solicitud de regularización migratoria surgieron después de que entro en vigor la ley de migración, manifestando que hay solo tres opciones para iniciar tramites de regularización: ser cónyuge de un mexicano, tener hijos o hijas en México y haber sido victima de un delito o una violación grave en territorio mexicano por una autoridad específicamente.
¿Por qué México no tiene una visa humanitaria?
Manzó Ramírez, afirmó que es por el simple hecho de que cuando un migrante se regularizaba por ser victima de delito o de un violación grave de derechos México lo que le daba un permiso para trabajar y no es una visa humanitaria en ningún sentido; haciendo que el instituto nacional de Migración se lavará las manos y dejaba de otorgar la visa humanitaria como un apoyo internacional.
No hay una investigación de los delitos, lo que nos lleva a un grado mayor de impunidad, debido a que no hay investigación y no hay a quien perseguir, por lo consiguiente el migrante sigue libre quedándose sin esa visa humanitaria.
Genoveva Roldan, investigadora y experta en el tema compartió el tema de “Mujeres migrantes y sus derechos situación actual” explicó que el tema migratorio no es un tema donde hay unanimidad hay demasiada causas abriendo debates por cada una de ellas.
Afirmó que en el mundo existen 240 millones de migrantes (tres por ciento de la población mundial) tomando en cuenta que podría formar un país, de los cuales el 47 por ciento son mujeres
Roldán señaló que los niveles de conocimiento y difusión de la problemática relativa a la migración laboral internacional han sido progresivamente mayores en las tres últimas décadas, particularmente en lo referente a las reiteradas violaciones a los derechos humanos de que son objeto los trabajadores migratorios documentados e indocumentados, en virtud de su alto grado de vulnerabilidad y desprotección.
En buena medida la identificación de los abusos, violencia y agresiones que, con más frecuencia de lo que dan cuenta las estadísticas de los Estados nacionales y de los organismos internacionales, ponen en riesgo la integridad física, emocional y la vida misma de los trabajadores migratorios, ha sido el resultado de las acciones permanentes de diversas organizaciones civiles, algunas de ellas de carácter religioso. Con el compromiso y tenacidad de dichas acciones, se logró visibilizar una problemática de la cual no podía mantenerse ajeno el sistema internacional de protección de los derechos humanos.
Alejandro Solalinde Guerra, pastoral de la movilidad
Solalinde ve cada uno de los migrantes el rostro de Jesús, cada uno de ellos le ha enseñado que la iglesia es peregrina, le han enseñado esa fe tan grande: la esperanza, la confianza, la capacidad de levantarse, rehacerse y seguir el camino.
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