Anunciación.- En el marco de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud,
y en su primer viaje internacional, el Papa Francisco ofrece a los Jóvenes del Mundo su fe y amistad en Brasil, el país con más católicos en el mundo.
Lunes 22 de julio de 2013
A las 16:00 horas tocó tierra amazónicas
A las 17 horas, tiempo Brasil, se le ofreció una ceremonia de bienvenida en los Jardines del Palacio Guanabara de Río de Janeiro
El santo padre ofreció unas palabras de agradecimiento a Dilma Rousseffpresidenta de Brasil, autoridades y población en general:
“He aprendido que, para tener acceso al pueblo brasileño, hay que entrar por el portal de su inmenso corazón; permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes»”.
Miércoles 24 de Julio de 2013
El Santo Padre se hospedó en la Residencia Sumaré de Río de Janeiro. Ese mismo día por la mañana se trasladó en helicóptero al santuario de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida, donde celebró la Santa Misa. Almorzó con los obispos y los seminaristas de la provincia en el Seminario del Buen Jesús de Aparecida. Por la tarde regresó a Río de Janeiro para visitar el hospital de San Francisco de Asís de la Providencia, especializado en la recuperación de jóvenes que padecen adicción a las drogas.
Durante la homilía en la basílica del santuario de Nuestra Señora de la Concepción de el santo padre francisco dijo:
“¡Qué alegría venir a la casa de la Madre de todo brasileño, el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida! Al día siguiente de mi elección como Obispo de Roma fui a la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, con el fin de encomendar a la Virgen mi ministerio. Hoy he querido venir aquí para pedir a María, nuestra Madre, el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud, y poner a sus pies la vida del pueblo latinoamericano.
Quisiera ante todo decirles una cosa. En este santuario, donde hace seis años se celebró la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, ha ocurrido algo muy hermoso, que he podido constatar personalmente: ver cómo los obispos que trabajaban sobre el tema del encuentro con Cristo, el discipulado y la misión se sentían alentados, acompañados y en cierto sentido inspirados por los miles de peregrinos que acudían cada día a confiar su vida a la Virgen: aquella Conferencia ha sido un gran momento de Iglesia. Y, en efecto, puede decirse que el Documento de Aparecida nació precisamente de esta urdimbre entre el trabajo de los Pastores y la fe sencilla de los peregrinos, bajo la protección materna de María. La Iglesia, cuando busca a Cristo, llama siempre a la casa de la Madre y le pide: «Muéstranos a Jesús». De ella se aprende el verdadero discipulado. He aquí por qué la Iglesia va en misión siguiendo siempre la estela de María.
Hoy, en vista de la Jornada Mundial de la Juventud que me ha traído a Brasil, también yo vengo a llamar a la puerta de la casa de María que amó a Jesús y lo educó para que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno. Para ello, quisiera señalar tres sencillas actitudes, tres sencillas actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría”.
Durante su visita en el Hospital San Francisco de Asis de la Providencia de Río de Janeiro dijo:
“Dios ha querido que, después del Santuario de Nuestra Señora de Aparecida, mis pasos se encaminaran hacia un santuario particular del sufrimiento humano, como es el Hospital San Francisco de Asís. Es bien conocida la conversión de su santo Patrón: el joven Francisco abandona las riquezas y comodidades para hacerse pobre entre los pobres; se da cuenta de que la verdadera riqueza y lo que da la auténtica alegría no son las cosas, el tener, los ídolos del mundo, sino el seguir a Cristo y servir a los demás; pero quizás es menos conocido el momento en que todo esto se hizo concreto en su vida: fue cuando abrazó a un leproso. Aquel hermano que sufría era «mediador de la luz (…) para san Francisco de Asís» (cf. Carta enc. Lumen fidei, 57), porque en cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre. Hoy, en este lugar de lucha contra la dependencia química, quisiera abrazar a cada uno y cada una de ustedes que son la carne de Cristo, y pedir que Dios colme de sentido y firme esperanza su camino, y también el mío”.
Jueves 25 de Julio de 2013
El Papa recibió las llaves de la ciudad de Río de Janeiro y bendijo las banderas olímpicas, en el Palacio de la Ciudad, Río de Janeiro.
A las 11:00 visitó a la comunidad de Varginha (Manguinhos), en Río de Janeiro.
Su mensaje fue:
“Es bello estar aquí con ustedes. Es bello. Ya desde el principio, al programar la visita a Brasil, mi deseo era poder visitar todos los barrios de esta nación. Habría querido llamar a cada puerta, decir «buenos días», pedir un vaso de agua fresca, tomar un «cafezinho» —no una copa de orujo—, hablar como amigo de casa, escuchar el corazón de cada uno, de los padres, los hijos, los abuelos… Pero Brasil, ¡es tan grande! Y no se puede llamar a todas las puertas. Así que elegí venir aquí, a visitar vuestra Comunidad; esta Comunidad que hoy representa a todos los barrios de Brasil. ¡Qué hermoso es ser recibidos con amor, con generosidad, con alegría! Basta ver cómo habéis decorado las calles de la Comunidad; también esto es un signo de afecto, nace del corazón, del corazón de los brasileños, que está de fiesta. Muchas gracias a todos por la calurosa bienvenida. Agradezco a los esposos Rangler y Joana sus cálidas palabras”.
Por la tarde, a las 18 horas tiempo Brasil se llevó a cabo el paseo marítimo de Copacabana donde tuvo lugar la fiesta de bienvenida de los jóvenes al Santo Padre.
Saludo
“Quiero primero darle las gracias por el testimonio de fe que ustedes están dando al mundo. Siempre oí decir que a los cariocas no les gusta el frío y la lluvia. Pero ustedes están mostrando que la fe de ustedes es más fuerte que el frío y la lluvia. ¡Enhorabuena! Ustedes son verdaderamente grandes héroes.
El tren de esta Jornada Mundial de la Juventud ha venido de lejos y ha atravesado la Nación brasileña siguiendo las etapas del proyecto “Bota fe – Poned fe”. Hoy ha llegado a Río de Janeiro. Desde el Corcovado, el Cristo Redentor nos abraza y nos bendice. Viendo este mar, la playa y a todos ustedes, me viene a la mente el momento en que Jesús llamó a sus primeros discípulos a orillas del lago de Tiberíades. Hoy Jesús nos sigue preguntando: ¿Querés ser mi discípulo? ¿Querés ser mi amigo? ¿Querés ser testigo del Evangelio? En el corazón del Año de la Fe, estas preguntas nos invitan a renovar nuestro compromiso cristiano. Sus familias y comunidades locales les han transmitido el gran don de la fe. Cristo ha crecido en ustedes. Hoy quiere venir aquí para confirmarlos en esta fe, la fe en Cristo vivo que habita en ustedes, pero he venido yo también para ser confirmado por el entusiasmo de la fe de ustedes. Ustedes saben que en la vida de un obispo hay tantos problemas que piden ser solucionados. Y con estos problemas y dificultades, la fe del obispo puede entristecerse, Qué feo es un obispo triste. Qué feo, que es. Para que mi fe no sea triste he venido aquí para contagiarme con el entusiasmo de ustedes”.
Homilía del santo padre
Queridos jóvenes:
“Pero, ¿qué podemos hacer? “Bota fé – Poné fe”. La cruz de la Jornada Mundial de la Juventud ha gritado estas palabras a lo largo de su peregrinación por Brasil. ¿Qué significa “Poné fe”? Cuando se prepara un buen plato y ves que falta la sal, “pones” sal; si falta el aceite, “pones” aceite… “Poné”, es decir, añadir, echar. Lo mismo pasa en nuestra vida, queridos jóvenes: si queremos que tenga realmente sentido y sea plena, como ustedes desean y merecen, les digo a cada uno y a cada una de ustedes: “Poné fe” y tu vida tendrá un sabor nuevo, la vida tendrá una brújula que te indicará la dirección; “Poné esperanza” y cada día de tu vida estará iluminado y tu horizonte no será ya oscuro, sino luminoso; “poné amor” y tu existencia será como una casa construida sobre la roca, tu camino será gozoso, porque encontrarás tantos amigos que caminan contigo. ¡ Poné fe, poné esperanza, poné! Todos juntos: «Bote fé», «bote esperanza», «bote amor».
Querido joven, querida joven: “Poné a Cristo” en tu vida. En estos días, Él te espera: Escúchalo con atención y su presencia entusiasmará tu corazón. “Poné a Cristo”: Él te acoge en el Sacramento del perdón, con su misericordia cura todas las heridas del pecado. No le tengas miedo a pedirle perdón, porque Él en su tanto amor nunca se cansa de perdonarnos, como un padre que nos ama. ¡Dios es pura misericordia! “Poné a Cristo”: Él te espera también en la Eucaristía, Sacramento de su presencia, de su sacrificio de amor, y Él te espera también en la humanidad de tantos jóvenes que te enriquecerán con su amistad, te animarán con su testimonio de fe, te enseñarán el lenguaje del amor, de la bondad, del servicio. También vos, querido joven, querida joven, podés ser un testigo gozoso de su amor, un testigo entusiasta de su Evangelio para llevar un poco de luz a este mundo. Dejate buscar por Jesús, dejate amar por Jesús, es un amigo que no defrauda”.
Viernes 26 de Julio de 2013
La agenda del día empezó con la habitual misa privada en la Residencia de Surame a las 7:30.
A las 10:00 horas, tiempo Brasil, el santo padre confeso a cinco jóvenes al aire libre en el parque de la Quinta Boa Vista.
A las 11:30 recibió a algunos jóvenes reclusos en el palacio arzobispal de San Joaquín, desde cuyo balcón al medio día rezó el Ángelus.
Queridos hermanos y amigos
Buenos días.
Doy gracias a la Divina Providencia por haber guiado mis pasos hasta aquí, a la ciudad de San Sebastián de Río de Janeiro. Agradezco de corazón a Mons. Orani y también a ustedes la cálida acogida, con la que manifiestan su afecto al Sucesor de Pedro. Me gustaría que mi paso por esta ciudad de Río renovase en todos el amor a Cristo y a la Iglesia, la alegría de estar unidos a Él y de pertenecer a la Iglesia, y el compromiso de vivir y dar testimonio de la fe.
Una bellísima expresión popular de la fe es la oración del Angelus [en Brasil, la Hora de María]. Es una oración sencilla que se reza en tres momentos señalados de la jornada, que marcan el ritmo de nuestras actividades cotidianas: por la mañana, a mediodía y al atardecer. Pero es una oración importante; invito a todos a recitarla con el Avemaría. Nos recuerda un acontecimiento luminoso que ha transformado la historia: la Encarnación, el Hijo de Dios se ha hecho hombre en Jesús de Nazaret.
A las 12:15 dio la bienvenida al comité organizador de la JMJ y a sus benefactores y a las 13 almorzará con un grupo de jóvenes.
A las 18 horas, tiempo Brasil, tendrá lugar el Vía Crucis en el paseo marítimo de Copacabana.
Sábado 27 de julio
El día arranca con la celebración de una misa en la Catedral de São Sebastião que será presidida por Francisco a la que asistirán obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas.
A las 11:30 el Papa se reunirá con representantes de la sociedad de la ciudad y de Brasil en el Teatro Municipal.
Por la tarde Francisco participará de un almuerzo con los cardenales brasileros y obispos en el gran comedor del Centro de Estudios en Sumaré.
A partir de las 19:30 el Papa estará en Guaratiba, en Campus Fidei para la Vigilia de Oración con los jóvenes, donde dará un discurso, el cuarto de la gira. La agenda incluye un momento de oración al Santísimo Sacramento con los jóvenes presentes.
Domingo 28 de julio
A las 9. 00 horas, tiempo Brasil, el Papa celebrará la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en el Campus Fidei de Guaratiba. Esa tarde se reunirá con el comité de coordinación del Consejo Episcopal Latinoamericano, en el Centro de Estudios de Sumaré. El santo padre se despedirá de Sumaré poco antes de las 17 horas para tener un encuentro con los voluntarios de la JMJ y a las 18:30 tendrá lugar la ceremonia de despedida del pontífice en el aeropuerto Galeao/Antonio Carlos Jobim. El Papa saldrá de Río de Janeiro a las 19 horas.
La estancia del santo padre es del lunes 22 al domingo 28 de julio. Cabe destacar que se esperan alrededor de 25 mil mexicanos en tierras brasileñas para presenciar este movimiento y conocer al sucesor de San Pedro.