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Exvotos vivientes 2>

Anunciación.- ¡Fritanga dijo la changa! Y con ese grito de guerra, durante aproximadamente tres días, prácticamente no hubo rincón de la post moderna Tenochtitlán que no compartiera, -entre variados, perfumados y salados también-, olores de pambazos, tostadas, quesadillas (de queso y de otros chilangos rellenos), sopes, huaraches, charales en tamal. Puestitos establecidos, reconocidos. Puestos improvisados. Mesas comunitarias. 

Al derredor de una imagen venerada y milagrosa. No solo en la Basílica, sino en toda la ciudad. Una imagen por doquier.A veces artística, otras francamente deplorable y dantesca en su aspecto artístico, pero adorada igualmente y, bendecida, en algún ritual sacro en otro 12 de diciembre, o en alguno más pedestre en cualquier día del año, por las manos de algún cura de sotanas oscuras y raídas, o como la de aquellos otros príncipes de la iglesia que contrastan su alegado voto de pobreza con bordados en seda, hilo de oro, anillo pastoral de 24 kilates.

No sé tú, pero a mí a veces me parece que esta idea de megalopolis sofisticada y vanguardista es un frívolo cliché, pues en realidad somos un pueblo gigante. Un pueblote de veintitantos millones de gargantas, de almas, de panzas apretadas por el estrés y la zozobra de regresar vivos a casa por la noche.

Ríos y ríos de personas peregrinando al Tepeyac, o a la banqueta donde se encuentra la imagen enmarcada en un nicho de mampostería, o en su templo de barrio, o bajo los barrocos monumentales del Centro Histórico. En bicicletas y camiones de redilas. Desde Toluca, Guadalajara, Izúcar o Cholula. Corriendo o caminando. Con nopales amarrados a la espalda a la altura de los riñones, en las rodillas.

Mi sufrimiento por la sanación; a cambio de  un milagrito…, y mi moneda de a diez de rigor, o el ventilador (20 pesitos) para cooperar con la causa de una mitra que asegura que mi cooperación monetaria contribuye a la salvación del alma. Solitos, o en colectivo también: los payasos para que no falten risas; los mariachis para que haya serenatas, los “vieneviene” para conjurar la amenaza de los parquímetros.

Mi sangre por una chamba, un aumentito o un aguinaldo más robusto. Por la desaparición del tumor maligno en el páncreas de mamá, por la sobriedad de papá, para que permanezca o aparezca. Por la parálisis infantil o la espina bífida de la niña, el labio leporino del sobrino, la maldita pobreza que se agudiza año con año. Por la pareja ideal de la tía Malvina -la solterona-, porque el tío Nacho le pare ya a dejar hijos regados por doquier, porque papá deje de abofetear a mamá…

Exvotos animados, vivientes, sangrantes, sudorosos y apestosos. Con un huarache en la mano, encopetado de nopalitos y cueritos fríos. Pelos arrancados, figuras de piernas, brazos, corazones, trocitos de tela o de papel… Todo dentro de los aromas de las gorditas de nata, de los churros con azúcar, el champurrado y el atole de guayaba.

La Morenita del Tepeyac sí existe. Y olvídate de las teorías de conspiración que la describen como un “remake” de Tonantzin, o un invento de los frailes dominicos para apaciguar el ánimo ladino de los Nahuas, o la sofisticada mercadotecnia del Vaticano. Olvídate de los oportunistas que se montan en la veneración popular para lucrar en metálico, en sufragios o en manipulación malsana. Olvídate de los chinos que la registraron como marca comercial.

Sí existe, punto. En esa realidad sociológica  que anima el alma que habita tras tantos millones de pares de ojos negros que sacrifican, prometen, justifican, lamentan la suerte de su destino en un azar inescrutable atribuido a una divinidad popular, colectiva, laica y sobrenatural.

Eres guadalupano o no. Como un gentilicio, algo que sobrepasa religiones, creencias, negaciones, y posturas dogmáticas, incluso pragmáticas.

El santo cívico de los mexicanos que le reconocen la firma de su carta de naturalización en la religión impuesta a la idolatría milenaria que cobra vida en el metro, en la burocracia, en el periférico. En tus chales, tus neles, tus netas y todas tus supersticiones.

La virgencita que desafía todas las negaciones historicistas, las fantasías eclesiásticas, las afirmaciones progres de los hipsters, pues cada 12 de diciembre ocupa el lugar en la vida real de millones que le atribuyen ese poder de hacer algo por sus vidas, de cambiar las circunstancias que en general son imbatibles por razones de injusticia, discriminación, abuso, incapacidad u holgazanería clavada. De cambiar lo que esta masa amorfa que animamos tú y yo, no hemos estado dispuestos a cambiar, con un par y harto trabajo.

Twitter: @avillalva_

Facebook: Alfonso Villalva P.

Llaman a ser solidarios con los Adultos Mayores 2>

Anunciación.- Al tener como recinto la Capilla de la Fundación Casa Hogar para Ancianos Matías Romero IAP, los más de 60 residentes celebraron las festividades navideñas con una misa de acción de gracias oficiada por el Padre Enrique González Torres.  

El sacerdote, señaló que a pesar de que México ha vivido situaciones difíciles como los sismos del mes septiembre, el pueblo mexicano se ha mostrado solidario y que ello debe prevalecer en cada uno de sus habitantes, por lo que dijo, debemos mantenernos unidos y ayudar a prójimo y en especial hacia los adultos mayores un sector vulnerable y olvidado.

Al termino de la eucaristía, residentes, familiares y personal administrativo, comieron, rieron, platicaron y hasta cantaron canciones de antaño como “bésame mucho, somos novios y solamente una vez entre otras melodías que fueron interpretadas por un violinista y tecladista que amenizaron aquel festejo, en donde todo era alegría y amor.

Antonio Soriano, director de la Casa Hogar para Ancianos Matías Romero IAP reiteró que lo que buscan con estas reuniones es que los abuelitos tengan un rato de paz, de alegría y convivencia al celebrar el nacimiento de Jesucristo, fecha en la que los corazones de las personas se engrandecen y se disponen a amar a su prójimo.

Actualmente la casa Hogar para Ancianos Matías Romero, atiende a 60 adultos mayores, se les brinda servicios médicos, terapia física y ocupacional. Los beneficiarios cubren una cuota de recuperación de acuerdo a su situación económica.

 

La fe Guadalupana es la fe del mexicano 2>

Anunciación.-En el siglo XIX Joaquín García Icazbalceta, importante historiador católico, realizó, a solicitud del entonces arzobispo Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, un estudio sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe. En sus conclusiones dice que no es factible probar la existencia del Indio Juan Diego. Su opinión se sustenta en el hecho de que Fray Juan de Zumárraga, entonces Arzobispo de México no da cuenta de aparición alguna en los escritos que dejó. 

García Icazbalceta, sintió un gran pesar por no haber comprobado históricamente la veracidad de las apariciones Guadalupanas. Sin embargo la diferencia entre este y el ex Abad Shulemburg estriba en que Joaquin nunca hubiera aceptado la abadía en la Basílica de Guadalupe.

El proceso de canonización de los santos en la Iglesia Católica no ha cambiado sustancialmente desde el siglo XIII y constituye una investigación encaminada a garantizar, absolutamente, la veracidad en las aseveraciones de los testigos y la autenticidad en las pruebas presentadas. La beatificación representa el permiso para tributar culto a un siervo de Dios, de forma limitada; es decir, en una diócesis o familia religiosa.

El proceso de beatificación de Juan Diego comenzó oficialmente el 11 de febrero de 1984 y concluyó en abril de 1990, cuando la Congregación de los Santos publicó un resumen con todas las pruebas aportadas en torno de su existencia y virtud.

La pronta canonización del indio del Tepeyac tiene múltiples implicaciones en las raíces del pueblo mexicano, eminentemente guadalupano. Este es un asunto de fe que rebasa, por mucho, el pensamiento académico porque no puede explicarse solamente a través del método científico. Lo cierto es que se trata de un hecho relacionado con el sentir de todo un pueblo e incluso, rebasa el ámbito católico.

Juan Diego no es una leyenda

La fe en la Virgen de Guadalupe nos ha acompañado durante muchos siglos y con toda seguridad seguirá en el corazón de la mayoría de nosotros. Si bien es cierto que las controversias al respecto son estériles, no es menos cierto que existen numerosas e irrefutables pruebas de la existencia de Juan Diego. A continuación presentamos algunas de ellas:

La Historicidad de Juan Diego, libro del extinto presbítero Lauro López Beltrán, nos fue entregado por él mismo el 2 de diciembre de 1977. En él se hacían constar las excavaciones. El volumen de 70 cuartillas, presentado en el Centro de Estudios Guadalupanos que hoy dirige monseñor Enrique Salazar Salazar, contiene una relación de documentos probatorios. De los testimonios indígenas –los hay también españoles- los más importantes son los siguientes:

Directos.- 1º. Testamento en náhuatl de la indígena Juana Martín. Fechado el 11 de marzo de 1559.
En él se dice que en el barrio de San José Milla, o sea, en la milpa o heredad de San José, se crió el mancebo Juan Diego, el cual después se casó en Santa Cruz Tlalpac junto a San Pedro con una doncella llamada María Lucía que pronto murió. Pasado algún tiempo, por medio de él se hizo el milagro en el Tepeyac, donde la amada señora santa María cuya amable imagen vimos en Guadalupe.
2º. Nican Mopohua. Texto en náhuatl de Don Antonio Valeriano, escrito en el siglo XVI.
Este manuscrito fue publicado en 1649 por el bachiller Don Luis Lasso de la Vega, y en su primera versión española, por la Academia Mexicana de Santa María de Guadalupe, bajo el cuidado y traducción de Don Primo Feliciano Velásquez.
En él se asientan datos precisos que se refieren a la vida de Juan Diego. Este documento es considerado fundamental en la historia guadalupana y sus afirmaciones han resistido invulnerablemente los análisis de la crítica histórica.
Ante la duda de la legitimidad de los susodichos documentos de los siglos XVI y XVII, se detectó prodigiosamente el Código Escalada, probablemente en piel de venado. Es el compendio perfecto en náhuatl -de procedencia no revelada- que le fue entregada al padre Javier Escalada S.J. y disipa cualquier incógnita.

Juan Diego y el milagro médico

El día de la beatificación de Juan Diego, el 6 de mayo de 1990, el joven Juan José Barragán Silva cayó de una altura de diez metros y se destrozó el cráneo. Su madre invocó a Juan Diego. La señora Esperanza Barragán sabía que lo estaban beatificando. El muchacho sanó. Hay constancias de los médicos. En su cabeza no hay huellas de traumatismos.
Se necesitaba para elevar a los altares al indito de Cuautitlán la prueba fehaciente de su muerte y un milagro rigurosamente comprobado. Ambas cosas existen. Aunque además, está el ayate… Sujeta a rigurosas investigaciones científicas, los sabios comprobaron que la imagen quedó impresa por radiación en la tilma. De esto escribimos ampliamente con numerosas ilustraciones en la revistaImpacto cuanto la dirigía María Sojo, en 1983 y 1984. Por otra parte, nos ocupamos del hallazgo de figuras humanas en los ojos de la virgen, ¡una virgen viva! Asistimos a la conferencia de prensa que ofreció en la Capitular de la Catedral Primada de México el doctor Tonsmann, quien realizó el descubrimiento.

Las declaraciones de Schulemburg en 1995, 1996 y la carta del 3 de diciembre anterior fueron claramente desmentidas. El padre Eduardo Chávez, postulador de la causa de Juan Diego en el Vaticano, recopiló en un volumen de más de 500 páginas El Encuentro de la Virgen de Guadalupe con Juan Diego, publicado en 1999 por Porrúa y en el cual consta el Acta de Defunción del Vidente, y se hace mundialmente público el milagro comprobado de 1990.
El mismo padre Chávez es autor de otra obra: Juan Diego y la Virgen de Guadalupe, editada por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc).
La respuesta de Juan Pablo II a la última carta de Schulemburg dirigida al cardenal Sonano y al pontífice, en la que el ex Abad reitera que Juan Diego es una mera tradición y un símbolo, no un ser humano; fue firmar el Decreto de Canonización.

Datos importantes de las apariciones 

Las apariciones ocurrieron entre el 19 de noviembre y el 12 de diciembre de 1531. la Guadalupana se presenta ante Juan Diego, un humilde campesino indígena.
Su imagen queda grabada de manera milagrosa en un lienzo que llevaba Juan Diego, beatificado por el Papa Juan Pablo II.
En 1920 el Papa Pío X proclamó a la Virgen como La Celestial Patrona de América Hispana. Desde entonces se profundizó su veneración.
Se calcula que entre 15 y 20 millones de personas visitan su templo cada año, en al menos seis mil peregrinaciones.
Durante la Colonia, la población indígena comenzaba a vivir el sincretismo religioso, la Virgen Morena tuvo gran acogida entre la gente. Más tarde fue estandarte de los criollos en las luchas independentistas para trasformarse después en un icono nacional.

La Virgen de Guadalupe forjó una Patria 2>

Anunciación.- Para muchos hablar de la Virgen de Guadalupe es un misterio, y algunos descalifican su aparición a Juan Diego en el año de 1531. De acuerdo con Pablo Calzada Urquiza, estudioso e investigador en los últimos 18 años del fenómeno guadalupano, explicó que las apariciones de la Virgen son toda una realidad. 
El secreto y mensaje de la Virgen de Guadalupe se encuentra en la tilma, el problema radica en el hecho de que hoy ya no sabemos interpretar o leer códices y la imagen de la Virgen la tilma es un códice completo.
“La razón por la que los aztecas soltaron las armas es por el mensaje de la tilma, que es un códice sumamente complicado y elaborado que requiere de mucho estudio para poder interpretarlo”.
El secreto de sus ojos
De acuerdo con el experto,  los diferentes estudios hechos a la imagen de la Virgen de Guadalupe, en especifico en los ojos, han detectado que al acercarles luz, la pupila se contrae, y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, tal cual como ocurre en un ojo vivo.
También se descubre que los ojos poseen los tres efectos de refracción de la imagen que un ojo humano normalmente posee. Lograr estos efectos a pincel es absolutamente imposible, aún en la actualidad.
Explicó que uno de los médicos que analizó la tilma colocó su estetoscopio debajo de la cinta de María (señal de que está encinta) y encontró latidos que rítmicamente se repiten a 115 pulsaciones por minuto, igual que un bebé que está en el vientre materno. Es el Niño Jesús que está en el Santo Vientre de la Madre de Dios.
Pablo Calzada, informó que la fibra de maguey que constituye la tela de la imagen, no puede en condiciones normales perdurar mas que 20 o 30 y hasta 50 años.
“De hecho, hace varios siglos se pintó una réplica de la imagen en una tela de fibra de maguey similar, y la misma se desintegró después de varias décadas. Mientras tanto, a casi quinientos años del milagro, la imagen de María sigue tan firme como el primer día. Se han hecho estudios científicos a este hecho, sin poder descubrirse el origen de la incorruptibilidad de la tela”.
No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, al acercarse uno a menos de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo. Los colores desaparecen. Estudios científicos de diverso tipo no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la manera en la que fue pintada.
Afirmó que la Virgen se ha hecho pasar un rayo láser en forma lateral sobre la tela, detectándose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo. Los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la tilma.

Varias veces, a lo largo de los siglos, los hombres han pintado agregados a la tela. Milagrosamente estos agregados han desaparecido, quedando nuevamente el diseño original, con sus colores vivos.
Calzada Urquiza explicó que las estrellas visibles en el manto de María responden a la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo el milagro, según revelan estudios astronómicos realizados sobre la imagen. Asimismo informó que el Cerro del Tepeyac está situado en el centro geográfico de América.
Prueba de veracidad
El 14 de noviembre de 1921, un hombre, depositó un arreglo floral al lado de la Tilma de Juan Diego que contenía una bomba de alto poder. La explosión destruyó todo alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación. Una Cruz de pesado metal que se encontraba en las proximidades fue totalmente doblada por la explosión, y se guarda como testimonio en el templo.
De igual manera reiteró que la tecnología digital da nueva luz a uno de los fenómenos que es todavía una incógnita para la ciencia: el misterio de los ojos de la Virgen de Guadalupe.
Aseguró que la tilma junto con la imagen se mantiene intacta como el primer día desde hace 478 años, después de haber permanecido más de un siglo sobre una pared húmeda, entre el humo de miles de velas, y manoseada por muchedumbres.
Pablo Calzada explicó que el reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe, es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo Fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia.
Lo importante de este hecho es la unidad de dos culturas, generada por la Virgen que forjó una Patria.

¿Por qué el Papa pide dejar prejuicios sobre Lutero? 2>

Anunciación.- A 500 años del inicio de la Reforma protestante, el Obispo de Roma pide superar prejuicios sobre Martín Lutero. ¿Cómo interpretar estas palabras? ¿El Papa le da la razón al reformador alemán?

 1. Las palabras y su contexto. Generalmente, las frases sueltas son las que suscitan dificultades, pues se pueden tomar con un sentido diferente al que fueron dichas. En este caso, se trató de un discurso del Papa Francisco en el Vaticano a una delegación de la Federación Luterana Mundial, que representa a 72 millones de cristianos.

En su mensaje al presidente de esa federación, el arzobispo nigeriano Musa Panti Filibus, el Pontífice habló largamente de la oración, como “combustible de nuestro viaje a la plena unidad”, y explicó que el Espíritu Santo ha suscitado el camino ecuménico.

Y en ese contexto de oración y unidad, afirmó el Papa que ese mismo Espíritu “nos ha llevado a abandonar los antiguos prejuicios, como aquel sobre Martín Lutero y sobre la situación de la Iglesia en aquel periodo”. (Discurso, 7 dic. 2017)

 

2. ¿Qué quiso decir el Papa? Es importante valorar el alcance de la afirmación del Papa, porque algunos pretenden sacar de esas palabras una descalificación hacia el Pontífice, como si Francisco apoyara la Reforma en detrimento de la Iglesia católica.

En realidad, el Obispo de Roma reconoció que un principio superior a las dos confesiones es el que promueve la reconciliación: el Espíritu Santo. Se trata de un fenómeno sobrenatural, pues sólo una fuerza divina puede sanar las heridas producidas en cinco siglos de separación.

Francisco dio a entender así que acción divina se manifiesta en la superación de los prejuicios de ambas confesiones: tanto de parte católica, que ve a Lutero como un destructor malvado, como de la parte luterana, que enfatiza que la Iglesia católica del siglo XVI estaba totalmente corrompida.

Ciertamente, había problemas morales en la Iglesia de aquella época, pero a la vez, había bastante actividad de católicos comprometidos con la fe. De igual manera, Lutero no pretendía fundar una nueva Iglesia, sino purificar la existente, aunque su movimiento tomó un giro inesperado.

 

3. Una nueva visión del ecumenismo. En el mencionado discurso, el Papa dejó ver su paradigma sobre el modo de llegar a la unidad entre las diversas confesiones cristianas reformadas y la Iglesia católica.

Francisco retoma el tema de Juan Pablo II sobre “purificar la memoria”, o sea, reconocer los errores que se cometieron por parte de las dos confesiones. Desde ahí el Papa pide mirar al futuro sin “el peso de los contrastes y preconceptos del pasado”, para poder acoger los dones que provienen de las diversas tradiciones confesionales y “acogerlos como patrimonio común”.

Además, el Papa quiere superar “las heridas del pasado”, porque hay una realidad común de origen sobrenatural que es más fuerte: el Bautismo. Como el bautismo nos ha hecho hijos de Dios, nos ha convertido en hermanos y, por eso, “nunca más podemos permitirnos ser adversarios o rivales”, concluyó.

 

Epílogo. Francisco es un gran continuador del movimiento ecuménico que inició con Pablo VI en 1967. El Papa argentino sabe que la unidad no se va a lograr únicamente por la vía doctrinal, pues cinco siglos de disputas teológicas no lo consiguieron. Sin cambiar nada el contenido de la fe, el Pontífice busca que católicos y luteranos retomen la vía sobrenatural –la oración y la fraternidad bautismal– para “caminar juntos” hacia el milagro de la unidad completa.

 

@FeyRazon    lfvaldes@gmail.com

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